Los israelitas ya habían completado su viaje y su deambular por el desierto del Sinaí durante cuarenta años, y estaban ya listos para ingresar a la Tierra de Israel. El Altísimo les ordena ahora el proceso de entrega de la posesión de la tierra a las tribus: "y estos son los nombres de los hombres que heredarán la tierra para ustedes"1 y a continuación son mencionados Elazar el Cohen y Iehoshua bin Nun, los encargados de dar la tierra en herencia.
Seguidamente se ordena al pueblo de Israel que el líder de cada tribu debe entrega la posesión de la tierra a los miembros de su tribu. Rashi lo explica: "cada líder era el apoderado de su tribu, y distribuía la parcela de la tribu y elegía para cada uno una parte apropiada".
La Cabeza del Pueblo
Cuando meditamos sobre la terminología utilizada en este tema, notamos que Hashem no les dice a los líderes que ellos den en herencia la tierra a los israelitas, sino que ellos la hereden para los israelitas. Es decir, que el líder de la tribu es quien heredaba la tierra, y no había necesidad de otro acto ulterior para hacer heredar la tierra a los miembros de la tribu, puesto que cuando el líder heredaba la tierra, era como que cada individuo de su tribu heredó su parte.
Esto refleja la esencia de lo que es un líder judío, que no es sólo un representante del pueblo, sino que "el líder es todo"2 - es la cabeza de su tribu, y la relación que existe entre él y los miembros de su tribu es como la relación entre la cabeza y el resto de los órganos del cuerpo.
La Elección de Di-s
La concepción de líder en la escala mencionada es consecuencia de la elección de Di-s a su persona. Puesto que el líder judío además de ser un elegido de entre el pueblo, quien lo nombró como su representante y delegado para que se ocupe de todas sus necesidades- fue nombrado también por Hashem.
Esto le confiere al líder un status especial en dos aspectos: a) No sólo es un delegado y un representante de la comunidad, sino que también es "su cabeza", lo que le da autoridad decisiva sobre todos sus temas. b) Siendo que fue nombrado por Hashem como líder del pueblo, "el líder es todo", resulta entonces que su autoridad afecta no sólo a las necesidades generales de la comunidad sino también a las del individuo.
Beneficio Personal
Esto lo vemos también en relación con la entrega de la tierra. La función del líder no era sólo la de heredar la tierra para su tribu, sino también requería de él elegir para cada uno una parte adecuada. El líder debía introducirse en el mundo de cada uno de los miembros de su tribu y elegir la parte más apropiada para él, de acuerdo a sus características y sus necesidades.
Y de aquí extraemos una enseñanza para todas las generaciones: cuando un líder de Israel asigna a alguien una misión, cualquiera que sea, no es sólo en pos del bien comunitario, sino que éste constituye también el beneficio personal de esta persona.
Si el líder de nuestra generación nos indicó dedicarnos a la difusión del judaísmo, la Torá y sus preceptos, cada uno de los miembros de esta generación debe saber que esto es también para su beneficio individual personal. El líder de nuestra generación "eligió" para cada uno de nosotros "la parte adecuada" y nos suplica3 : "¡Y elegirás la vida!"- puesto que esto es para el bien personal de cada uno, material y espiritualmente.
(Likutei Sijot tomo 33, Pág. 199)
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