Vehaia, im shamoa tishmeú el mitzvotay, asher Anojí, metzvé etjem, hayom, leahaba et Ado-nai E-lo-hejem, ulovdo bejol lebabjem ubjol nafshejem. Venatatí metar artzejem, beitó, yoré umalkosh, veasafta deganeja, vetiroshejá, veitzareja, venatati eseb besadejá libehemteja, vehajaltá, vesabata, hishameru lajem, pen ifte lebabjem, vesartem, vaabadtem E-lo-him ajerim, veishtajavitem lahem. (en voz baja:) vejará af Ado-nai lajem, veatzar et hashamaim, velo ihé matar vehaadama lo titèn et yebulá, vaabadtem meherá meal haaretz hatobá, (hasta aquí en voz baja) asher Ado-nai notén lajem. Vesamtem et debarai ele, al lebabjem veal nafshejem ukshartem otam leot al yedejem vehayu letotafot ben enejem. Velimadtem otam et benejem, ledaber bam, beshibtejá, bebeteja, ublejteja baderej, ubshojbeja, ubkumeja, ujtabtam al mezuzot beteja, ubishareja.
lemaan irbú yemejem, vimé benejem, al haadama, asher nishbá Ado-nai laabotejem noten lahem, kimé hashamaim, al haaretz.
Y sucederá, si cumplen diligentemente los mandamientos que hoy les prescribo, amando al Eterno su Dios para servirle con todo su corazón y toda su alma, que haré llegar la lluvia en tu tierra a su tiempo, la primera lluvia y la última, para que coseches tu trigo, tu mosto y tu aceite. También daré hierba en sus campos para su ganado, y de él comerás y te saciarás. Cuiden que su corazón no se descarríe apartándolos para servir a otros dioses y postrarse ante ellos, porque si ello ocurriere se encendería la ira del Eterno contra ustedes e impedirá que el cielo les traiga la lluvia y que la tierra les dé su fruto, y van a perecer presto en la buena tierra que les dio el Eterno. Por lo tanto pondrán estas palabras en su corazón y su alma y las atarán por señal en su mano y por frontales entre sus ojos. y las enseñarán a sus hijos, hablando acerca de ellas cuando estén sentados en vuestra casa, cuando anden por el camino, cuando se acuesten y cuando se levanten, y las escribirán sobre las jambas de las puertas de su casa y en sus portales, para que sus días se prolonguen y también los días de sus hijos, en la tierra que Eterno juró dar a sus padres, como los días del cielo sobre la tierra.
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