Es una Mitzvá tan importante que está valorada como todas las Mitzvot juntas. Comprende 13 pactos. Se le considera al circuncidado como que esta realizando la Mitzvá en cada instante de su vida y no solamente en el momento que la llevó a cabo.
Si no fuera por el Berit, D"s no hubiera creado el mundo y no se mantendría en pie el universo. Con esta Mitzvá se lo consideró a Abraham perfecto.
La herencia de la Tierra prometida, Eretz Israel depende del Berit.[1]
No se le perdona a Moisés haberse retrasado en realizárselo a su hijo aun por poco tiempo. [2]
Es más importante que el Shabát en algunos aspectos y por eso cuando el bebé cumple sus 8 días en Shabát o cualquier otro día festivo, debe circuncidarse si reúne las condiciones necesarias.
El niño no entra en la cuenta de las generaciones sin Berit Milá.
Por haberse circuncidado Abraham en el día que luego sería "Iom Kipur", quedó fijado aquél como Día del Perdón para todas las generaciones por tal mérito, entre otros motivos.
Es una Mitzvá tan querida que el que la realiza y la cuida como corresponde, el Patriarca Abraham lo protegerá a su partida de este mundo, para luego entrar beneficiado en el mundo futuro de las almas. Aunque el Pueblo de Israel no posea buenas acciones serán redimidos por mérito del Berit.
Es el único intermedio para llegar a la perfección material y espiritual. Es una condición indispensable para poder estudiar y comprender la profundidad de la Torá.
La obligación de esta Mitzvá corresponde al padre hasta que el niño cumpla los 13 años, a partir de lo cual el nuevo joven es considerado por nuestra Torá como mayor de edad y por consiguiente responsable de su propio Berit Milá en lo sucesivo.
Según el Zóhar, el ser humano posee naturalmente una serie de prepucios o coberturas consideradas inhibiciones, que no le permiten penetrar en el campo espiritual, por lo cuál al circuncidarse como corresponde, simultáneamente lo hace con el prepucio de sus oídos, lengua y corazón, con lo cuál le es posible lograr una mayor claridad y profundidad en el plano Divino.
El que profana el Berit Milá en cualquiera de sus formas no tiene parte ni lugar en el mundo futuro.
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