El año bisiesto del calendario judío, que ocurre siete veces en el ciclo de diecinueve años, tiene 13 meses en lugar de los 12 meses usuales. Esto es para que el año judío, que está basado en el ciclo lunar, permanezca alineado con las estaciones solares (doce meses lunares hacen un total de 354 días, o sea, aproximadamente once días menos que el ciclo solar, que tiene 365,25 días).
El mes que se agrega se llama “Adar I” y se inserta antes del mes de Adar II (que en los años bisiestos se llama “Adar II”).
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