Sucot se aproximaba y el Rabino Levi Itzjak (padre del Rebe) se encontraba en el exilio. Él buscaba un pretexto para poder poner una sucá temporal, y la llegada del invierno le sirvió de ayuda. Él le explicó a la casera que tenía la apremiante necesidad de colocar una antecámara, a fin de que el tremendo frío no pudiese penetrar en la casa. La casera estuvo de acuerdo, pero puso la condición de que no era suficiente con los paneles, sino que también era necesario construir un cielo raso, a fin de que la adición no se cayera.

Con grandes dificultades, él logró convencerla de que el cielo raso también podía ser construido posteriormente.