"Ojalá Ishmael viviese frente a ti" (Bereshit 17:18). Ante la noticia de que tendría un hijo de su mujer Sara, Avraham le pregunta a Di-s para qué necesita otro hijo, si ya tiene a Ishmael, hijo de Hagar. ¿Cuál es la diferencia entre Ishmael e Itzjak?
Avraham tenía 86 años cuando tuvo a Ishmael. Durante muchos años había servido a
Di-s superando numerosas pruebas. Se sobreentiende que Avraham sabía lo que debía esperar de un niño judío. Cuando le pidió a Di-s que Ishmael sea su descendencia, lo que quiso decir fue que siga su camino, de acuerdo a como Avraham entendía el camino de Di-s. Sin embargo, Di-s le contesta que su verdadera descendencia será de Itzjak.
No es difícil encontrar razones por las cuales Avraham consideraba que era suficiente con Ishmael, ya que, nos cuentan nuestros sabios, que Hagar, la madre de Ishmael, era una mujer excepcional, al punto que sus acciones eran apropiadas para ser llevadas a cabo en el Gran Templo de Jerusalén, además de ser hija del rey de Egipto, una de las naciones más poderosas de la tierra en aquella época, y haber sacrificado todos los privilegios de una princesa para ser sirvienta en la casa de Sara. Resulta difícil entonces, entender por qué Itzjak debía ser la descendencia de Avraham y no Ishmael.
La diferencias básicas entre Ishmael e Itzjak son dos: 1) Ishmael nació en forma natural, mientras que Itzjak nació en forma milagrosa. Según las leyes de la naturaleza era imposible que Itzjak nazca en la vejez de Avraham y Sara. 2) El precepto de Brit Milá, circuncisión. Ishmael se circuncidó a los 13 años, cuando ya tenía una mente desarrollada, con la cual decidió unirse a Di-s a través de este precepto. Itzjak fue circuncidado a los 8 días, cuando no podía preguntar, y sin embargo, a tan temprana edad se lo conectó, con una conexión eterna, a Di-s.
De acuerdo a estas diferencias entenderemos por qué Di-s dijo a Avraham que su verdadera descendencia será Itzjak.
Un niño crece bajo la supervisión de sus padres, quienes lo cuidan de todo, lo educan para que tenga las ideas adecuadas y, de acuerdo a estas ideas, el niño se conecta con Di-s. Este es el camino de Ishmael. Él se crió junto a Avraham en su casa, y, de acuerdo a esta educación, tenía el entendimiento correcto de que uno debe conectarse con Di-s.
Sin embargo, este conocimiento y entendimiento no es una garantía de que la persona realmente se conecte a Di-s, dado que todo su judaísmo depende del intelecto, es imposible saber cómo reaccionará ante diferentes situaciones a lo largo de su vida. Más aún, sin llegar a situaciones extremas, en la vida cotidiana, la entrega al judaísmo de esta persona será limitada a su captación intelectual del mismo.
Es por esto que verdadera descendencia de Avraham es Itzjak: cuando Di-s se propuso fundar las generaciones del pueblo judío, no bastaba con ir de acuerdo a las reglas de la naturaleza. Toda la existencia y mantenimiento del pueblo judío supera la naturaleza. El pueblo judío sólo puede surgir de un niño quien, desde su nacimiento en adelante, supera la naturaleza, un niño a quien a los ocho días ya se lo conecta con Di-s. Para un niño así, el judaísmo no será solamente un asunto intelectual, sino esencial.
La Torá no es un libro de historias. Cada evento relatado tiene una enseñanza eterna.
Hay quienes dicen que a un niño hay que educarlo con un judaísmo "aguado", "reducido", "modernizado" y luego, cuando crezca, se le dará más.
Esto hubiera sido correcto si el judaísmo fuese algo que depende pura y exclusivamente del intelecto. Los judíos tenemos la enseñanza del relato de Ishmael e Itzjak. El orden de la verdadera educación judía es que a un niño con apenas ocho días de vida, ya hay que darle la máxima medida de judaísmo, ya hay que conectarlo con Di-s con una conexión eterna.
¿Qué significa la máxima medida de judaísmo? Explicarle al niño/a, que el pueblo judío en general, y cada judío en particular, no está supeditado a la naturaleza. Que aquel que surge de un pueblo que, desde su nacimiento en adelante, se manejó con milagros, que pasó tantos años de pruebas y dificultades y su mera existencia es sólo a través de milagros, no está sujeto a la naturaleza.
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