La parte más importante de la comunicación es ser un buen oyente- practicar lo que se llama “Escuchar de verdad "

Escuchar auténticamente involucra tres pasos básicos que deben seguirse uno después del otro; no se puede saltear al próximo paso hasta que no se haya cumplido completamente con el paso anterior.

Los tres pasos son:

a) Escuchar atentamente lo que la otra persona está diciendo, sin interrumpirla.

b) Hacerle saber su comprensión acerca de lo que la otra persona está diciendo y sintiendo

c) Verificar con su pareja para confirmar que lo ha entendido correctamente. El escuchar debe ser genuino. Contacto visual, devolución y reconocimiento son aspectos esenciales, pero éstos no funcionarán si sólo son usados como artilugios, pretendiendo que está escuchando cuando en verdad no ve el momento que su pareja deje de hablar para que usted pueda decir lo que tiene en mente.

El escuchar de verdad es posible cuando estamos honestamente preparamos para apartar totalmente nuestra propia historia y focalizarnos en entender la historia de la otra persona. Usar los métodos correctos sin las intenciones correctas no convencerán a la otra persona de que es lo suficientemente digna a nuestros ojos para ser oída y entendida.

Escuchar de verdad también significa el estar preparados para no juzgar a la otra persona por tener cierto tipo de sentimientos. Declaraciones como: “¿Por qué estás tan enfadado?” O, “¿Por qué estás tan apenado por algo tan pequeño?” transmite que la otra persona es tonta por tener tales sentimientos. Esto le dará a su pareja una razón más para sentirse perturbada con usted, en lugar de focalizarse en resolver el problema.

Respuestas como: “Me doy cuenta que estás muy disgustado por lo que ha pasado” o, “No me di cuenta de lo herido que estabas” o “Si estuviera en tu lugar, probablemente me sentiría de la misma forma” le transmitirá a la otra persona que tiene derecho de sentirse de esa manera.

 Que usted esté o no de acuerdo en que estos sentimientos sean justificados va más allá del punto; lo importante es que usted entiende y acepta que su pareja se sienta así. Sólo cuando se han reconocido los sentimientos y pensamientos de su cónyuge es que la conversación puede progresar para que usted exprese sus propios sentimientos y pensamientos y cómo ve la situación, y de allí es posible pasar a la próxima fase que es: resolver el problema.

No puede saltear el “escuchar” e ir directo a resolver el problema, porque:

a) No puede entender realmente el problema sin conocer los sentimientos de la otra persona; b) es improbable que su pareja esté preparada para hacer el gran esfuerzo que se necesita para resolver el problema con una persona que no se toma el tiempo para escucharla auténticamente ni siente empatía con sus sentimientos.

Dígale a su pareja lo importante que es para usted, y cuán significativo es para usted entender cómo se siente acerca del problema que se ha interpuesto a entre ustedes, y lo trascendental que es para usted resolverlo.

Entonces escuche, demuestre que ha entendido y verifique. Se sorprenderá al ver que soluciona el problema más fácilmente, y se maravillará al notar cuánto mejorará, como resultado de este proceso, su relación.

¡Pruébelo, funciona!