Estimados lectores:

En uno de los versículos de nuestra parashá se nos dice:

Devarim 18:10: "Él trae justicia al huérfano y a la viuda, y ama al extranjero, concediéndole alimento y vestido."

Una de las principales órdenes que nos da la Torá es amar al extranjero y a los necesitados. Este mandato expreso es muy claro.

Sin embargo, hay una interpretación más profunda a nivel espiritual. Rashí comenta que el "alimento y vestimenta" es lo único que pidió Iaakov cuando se convirtió en un exiliado. Esta referencia alude al alma espiritual que se encuentra exiliada en el cuerpo humano y en el mundo material.

Lo único que tiene el alma divina para sobrevivir en el mundo material es la posibilidad de alimentarse con la Torá, que, al igual que la comida física, se integra a nuestro cuerpo hasta convertirse en parte de nuestro ser, nutriendo cada aspecto de nuestras vidas.

Por otro lado, la vestimenta hace referencia al Talit, que nos recuerda las mitzvot. Así, cuando "somos extranjeros" en este mundo material, lo que protege y abriga nuestro espíritu es el cumplimiento de los mandamientos divinos.

Que seamos merecedores de cumplir con el significado literal y con el aspecto más espiritual de este versículo.

¡Shabat Shalom!

Rabino Eli Levy