En el verano del año 1929, el sexto Rebe de Jabad, Rabí Iosef Itzjak Schneerson (1880-1950), visitó la Tierra de Israel. El Rebe partió de regreso el 22 de Agosto, dos días antes de la masacre llevada a cabo por los árabes en las ciudades de Jebrón y Jerusalem, donde fueron asesinados decenas de judíos. Entre los fallecidos y heridos se encontraban algunos familiares, y discípulos del Rebe.

En su carta al Gran Rabino de Israel, Rabí Abraham Itzjak Kuk, Rabí Iosef Itzjak escribe: “Cuando la triste noticia acerca de los pogroms perpetrados en la Tierra Santa llegó a mí, el 25 de Agosto, en el barco que viajaba de Alejandría a Trieste, me enfermé, sufriendo de insoportables dolores de riñón, provocados por la angustia.

Gracias a Di-s, una de las personas más preciadas, el sabio y temeroso de Di-s, el Dr Wallach, estaba con nosotros en el barco quien hizo todo lo posible para aliviar mi dolencia... En esas condiciones me vi obligado a continuar mi viaje aquí; por varios días después de mi arribo, me fue imposible recuperarme del efecto sobre mí, causado por la hostilidad con la que Di-s ha marcado a la Casa de Iaakov, en general, y específicamente al leer la lista de los fallecidos en la matanza, los sagrados mártires, que sus almas se unan al vínculo de la vida...”

En otra ocasión, Rabí Iosef Itzjak relató que cuando concluyó ese viaje, el Dr. Wallach se le acercó y le pidió perdón: “¡Rebe!” dijo “¿Cómo puedo subsanar haber sido la causa de su enfermedad?”

“¿Usted, la causa de mi dolencia?” preguntó el Rebe sorprendido.

“Si” dijo el doctor. “No hay duda de que si yo no hubiese estado en el barco con usted, no se hubiera enfermado. Usted, Rebe, es el hombre del cual depende toda la nación judía; seguramente, Di-s no hubiese permitido que lo afectara una enfermedad que pusiera en riesgo su vida sin que el instrumento para vuestra cura se encontrara en el barco junto a usted”.

(de los escritos y alocuciones del Rebe anterior)