Desafortunadamente, la inspiración generada por este día (como así también por los días precedentes de Rosh Hashaná y los Diez Días de Arrepentimiento) no ha sido siempre utilizada de la mejor manera. En algunas congregaciones, y en muchos individuos, la inspiración se disipa al pasar los "Días Solemnes", sin un cambio apreciable o un mejoramiento en la vida de cada judío o judía. Y si hay una falta de mejoramiento de nivel individual, inevitablemente habrá una falta de mejoramiento en el nivel colectivo.

Uno de los principales motivos de esa falla se encuentra en que el despertar espiritual y la inspiración de los Días Solemnes no está dirigida hacia uno mismo, sino hacia cosas que se relacionan con los demás. Es frecuente que estos días auspiciosos se utilicen para pronunciamientos generales acerca de los problemas del mundo, es decir, mensajes que no implican a nadie en particular. Esa actitud encuentra satisfacción en todos, ya que no implica a nadie en particular. El concentrarse y preocuparse por problemas mundiales de gran magnitud, y las resoluciones (que en la mayoría de las veces, están lejos de poder ser realizadas por aquellos que las toman), proveen una justificación conveniente, para distraer la atención necesaria y vital hacia uno mismo, el auto análisis y hacia la evaluación de nuestra vida personal. Sin embargo, es en este área, donde las resoluciones personales podrían tener real efectividad.

Esperamos que con la ayuda de Di-s, cada hombre y cada mujer judíos, y especialmente aquellos que ocupan el papel de líderes, sepan aprovechar estos momentos sagrados, y con la inspiración de los "Días Solemnes, inspiren al alma, no en dirección a los problemas mundiales o nacionales, sino a una respuesta urgente al llamado de estos días. Ese llamado es el mandamiento Divino: "¡Ponme como Rey sobre ti!". Debemos aceptar la soberanía de Di-s como Rey nuestro y Señor. La respuesta al llamado a la Teshuvá (Retorno), a la Tefilá (Servicio), y a la Tzedaká (Caridad), debe comenzar en nuestro hogar por nosotros mismos, seguir a nuestro alrededor, y a la comunidad; y recién después al medio general.