Bsd.

C

9. Ya se explicó [en varias oportunidades] que los niños menores de Bar Mitzvá –tinokot shel béit rabán– constituyen el fundamento mismo del pueblo judío1.

Acerca de la supremacía del estudio [de la Torá] con niños pequeños específicamente, la Guemará señala2: "No obstante, recuerda a aquel hombre cuyo nombre es Iehoshúa ben Gamla".

¿Qué instituyó Iehoshúa ben Gamla [en virtud de lo cual es recordado por siempre]? [El texto talmúdico dice así:] "Al principio, [la educación judía de los niños no estaba organizada;] aquel [niño] que tenía padre, éste le enseñaba Torá, mientras que aquel que no tenía padre, no estudiaba. [Ante esta situación, los Sabios] instauraron, que se establecieran maestros de niños –melamdéi tinokot– en Jerusalén. Luego instituyeron que los melamdéi tinokot se establecieran en todas las regiones, de modo que enseñaran [Torá] a todos los [jóvenes] de 16 y 17 años. [Este sistema continuó] hasta que se presentó Iehoshúa ben Gamla e instauró que siempre, en todo país y ciudad [en que residan judíos], se debe brindar a los niños de 5-6 años de edad en adelante3 enseñanza gratuita de Torá. Es por esta norma que [Iehoshúa ben Gamla] es recordado para bien, [por siempre,] en todas las generaciones.

[En la Unión Soviética,] cuando la Ievseksia Bolchevike4 prohibió el estudio de la Torá, no lo prohibió del todo. Ellos argüían que el estudio de Torá estaría permitido una vez que el niño creciera y en virtud de su madurez mental, eligiera por sí solo estudiarla. La prohibición regía sólo para el estudio con niños pequeños. En semejantes circunstancias, [los judíos] se plantaron con gran firmeza y entrega absoluta –mesirut néfesh–, pues la existencia del pueblo judío depende de la educación de los años durante su infancia.

10. En razón de la enorme trascendencia de los tinokot shel béit rabán, es deber de cada uno hacer lo que esté a su alcance y ayudar en la educación judía; el judío tiene la responsabilidad de esforzarse (como se explicó antes el concepto de amaléinu5), con su dinero, cuerpo y alma para fortalecer el jinuj hakasher.

Hay quien hace cálculos [errados] y piensa que esta tarea no está a la altura de su honor personal –kavod–. [Piensa que] de él se demanda realizar labores más significativas, en tanto que el estudiar el Alef-Bet con niños es algo que puede hacerlo también una persona simple, [sin tantas virtudes y cualidades como las de él]; hablar de dinero por un Jéider –la Escuela Tradicional Judía– o por una Ieshivá –Casa de Estudios de Torá– es algo que corresponde a un meshúlaj –recaudador profesional de fondos– y no a [una persona como] él, y argumentos por el estilo. A este judío le decimos: ¡Este cálculo es adecuado en épocas normales! Pero cuando se desata un incendio, Di-s libre, ¡no se convocan reuniones para evaluar quién lo extinguirá! Cada uno debe actuar [y sofocar las llamas]. De cada uno [de los que presencia el incendio] se exige que haga todo lo que esté a su alcance para extinguir las llamas.

[Por otro lado,] está quien argumenta que él ya hizo demasiado en pro del jinuj hakasher, ahora es tiempo de que actúen otros. A él respondemos: "El ser humano nació para esforzarse" 6, la persona debe esforzarse en todo momento.

La persona debe esforzarse sin tregua, para justificar así el sufrimiento que permanentemente siente el alma por haber descendido a un cuerpo físico7; pues en el momento en que no actuó con denuedo, la congoja del alma habrá sido en vano.

Y tal como sucede respecto de la acción con uno mismo –que la aplicación de este principio es crucial– es de modo similar en relación con el prójimo8 y, en particular, en lo que atañe a la educación [judía]: En este sentido, de nosotros se demanda que nos esforcemos invariablemente.

NOTAS

1 [Véase Shabat 119b (y Zohar I, 1b): "'No toquen a Mis ungidos' se refiere a los niños en edad escolar; 'no hagan daño a Mis profetas' alude a los discípulos de los Sabios... El mundo perdura sólo por causa del aliento [exhalado durante el estudio de Torá por parte] de los niños de escuela...". Comp. también con Ierushalmí, Sanhedrín 10:2; Bereshít Rabá 42:3; Vaikrá Rabá 11:7: Si no hay cabritos no hay carneros... no hay mundo... no hay niños, no hay adultos; no hay adultos, no hay discípulos... y el Santo, bendito sea, no hará que Su Shejiná se pose sobre ellos (NVI)].

2 Bavá Batrá 21a.

3 Véase Tosafot, sobre la palabra bebatzír. [Tosafot observa que la edad de seis años es la norma para el niño término medio, dando cabida a la posibilidad de una educación más temprana si aquel está mental y físicamente capacitado para absorberla. Véase también nota 5 del fascículo 4 de la presente edición española (NVI)].4 [Yevreiska-sektzia, la sección judía del partido bolchevique, violentamente opositora a la religión judía y principal perseguidora de los judíos observantes (NVI)].

5 [Véase Likutei Sijot vol I, Parshat Shemot, pág 113. Y en el fascículo 13, párr. 6 de la presente edición española (NE)].

6 [Iyov 5:7 (NVI)].

7 Véase carta impresa a continuación del Maamar Batí Leganí 5713 (Sefer HaMaamarím Melukat I, pág. 38 y ss.).

8 Obsérvese [el episodio relatado en] Bavá Batrá 8b: Hace 13 años... [allí se nos cuenta que Rav Shmuel ben Shilat admiraba un jardín que no había visto en 13 años, pero incluso entonces sus pensamientos estaban llenos de preocupación por sus alumnos (NVI)].