Aquí estoy, sacando las migajas de mi teclado ergonómico, enviando un fax con mi acta de la venta de Jametz (alimentos no permitidos durante Pesaj) y descargando una nueva Hagada (libro que se utiliza durante la festividad de Pesaj). En otras palabras, ya casi es Pesaj. Dentro de muy poco voy a estar sentado en el Seder con familiares y amigos y por supuesto, y sin dejar atrás, también va a estar con nosotros la típica y cotidiana pregunta: ¿Qué estamos celebrando? ¿Cual es el motivo que todos nos encontramos aquí?
Mis hijos me dicen que de ninguna manera esto es una pregunta: "Estamos aquí para celebrar nuestra libertad". Por este motivo esta fiesta se llama, "La Fiesta de Nuestra Libertad". Fuimos esclavos en Egipto, ahora somos libres. Es por eso que dentro de muy poco nos sentaremos y comeremos todos juntos para celebrar este acontecimiento tan inusual. Me alegro de que mis hijos se sientan tan libres. En cuanto a mí, sigo siendo un esclavo de mi propio Faraón, rey de Egipto, que nunca murió. Yo trabajo para él durante toda la semana. Él me engaño: En primer lugar, me dejo tener las cosas más lindas que siempre he deseado. Más tarde comenzó a exigir dinero por todas esas cosas. Cuando, una vez, me encontré en una situación que realmente en que no podía pagar el monto exigido, me pidió más dinero. Por lo tanto, tengo que seguir trabajando duro para darle todo el dinero que exige.
Yo llevo una foto de el en mi billetera en su actual encarnación. Tiene su nuevo nombre estampado en el frente. Se llama nada mas ni nada menos que "Master Card".
Pero mis hijos no van por él. Dicen que en la Hagada esta escrito "¡¡Faraón déjanos libres!!". Bueno, sinceramente puedo decir que yo entiendo la Hagada un poco más que ellos. El hecho es que la Hagada, como cualquier otra pieza de la Torá, está llena de enigmas y contradicciones aparentes, existe lo que usted acaba de preguntarse seguramente. Si lee cualquier parte de la Torá, especialmente la Hagada, y usted no tiene ninguna pregunta sobre ella, eso quiere decir que obviamente no está leyendo la Hagada como corresponde.
Para llegar al punto: Acabamos de tomar el vino del Kidush, en la que llaman "La Fiesta de Nuestra Libertad". ¿Qué decimos ahora? "Este es el pan de la aflicción... Ahora somos esclavos, el año que viene seremos personas libres".
¿La palabra AHORA es una contradicción o que? ¿Que somos, libres o esclavos?
Es por eso que mis hijos me dicen que estamos celebrando que una vez que fuimos esclavos y luego obtuvimos la libertad y esto es realmente lo que estamos celebrando.
Déjenme decirles algo: no estoy conmemorando el pasado. Si voy a través del tiempo y me meto en el año 5760, y luego 3312 años después me encuentro limpiando mi casa y haciendo un gran Seder de Pesaj, esto es realmente mucho mas que una conmemoración de Pesaj.
El problema de ser un esclavo con todas estas contradicciones, junto con el estrés de la limpieza de Pesaj, realmente me perjudicó. Así que fui a ver a un psicoterapeuta. El psicoterapeuta escuchó mis problemas, tomó notas y luego me dijo que MasterCard no es el Faraón. Dijo que el Faraón soy yo. Más concretamente, mis exigencias irrazonables a mí mismo es el Faraón.
Le dije que mi única exigencia es que yo no debería ser un esclavo. Dijo que no debe usar esa palabra, "debería". La palabra "debería" significa que estoy haciendo una demanda razonable a mí mismo. Que causa el estrés. El estrés, en su Hagada, es la esclavitud. Al parecer, los hebreos en Egipto estaban realmente estresados. La construcción de las pirámides no era nada en comparación con el estrés que tenían.
"Entonces" le pregunte "¿Qué debo hacer? No quiero ser un esclavo".
Él me dijo que no debe hacer nada. El querer ser algo es lo mejor., Es por eso que me ofreció querer no ser un esclavo. Ser algo es malo. Es irrazonable ser algo.
Ahora si que realmente estaba muy confundido. Siempre había entendido que "yo debo" es mi libertador y "Quiero" fue lo que en todos los principios de mis actos me trajo problemas. La sesión había concluido y yo me quede mostrándole la imagen del Faraón a la secretaria del psicoterapeuta.
"En resumen" pensé que lo que obtuve de esta sesión es que "Yo no debería decir DEBO". Sentía que necesitaba otra visita con el psiquiatra para preguntarle si debo o no debo decir que no debería decir. Pero, con esta clase de profesionales, yo no creo que mi pequeño Faraón me dejaría.
De todas formas, he decidido, que no necesito un psiquiatra para lograr la liberación. Después de todo, la liberación es una forma de iluminación. ¿Cuándo es la última vez que conocí a un psicoterapeuta espiritualmente iluminado? Lo que necesitaba era un gurú. Un elevado, trascendente, que es esencialmente un alma liberada y puede tirar de mí fuera de toda esta porquería y fango.
Así que me senté con mi teclado y empecé a redactar una carta explicando todo al Rebe de Guadalajara. Entonces fue cuando envié mi problema a la dirección [email protected]. Me quedé esperando mi respuesta en línea. En el ínterin, pagué las facturas por vía electrónica, eso ocurre por permanecer tanto tiempo en línea con el fin de obtener una rápida respuesta. Mi pequeño Faraón llegó a ser útil nuevamente.
Luego vino. Literalmente, como sigue a continuación:
"Estamos todos presos. El acto de nuestra existencia es la delincuencia. El universo es nuestra cárcel. Nuestros cuerpos y nuestros personajes son nuestra celda. Las claves de la liberación se celebran en los puños apretados de nuestros propios egos"
A continuación, una pequeña nota: "Tania ver, el capítulo 47. Lea también Trayendo el Cielo a la Tierra por Tzvi Freeman."
Luego empecé a meditar, me tome un té relajadamente y pensando, pensando me llego a mi mente algo sensacional: MasterCard no es el Faraón. "Quiero que" no es el Faraón. Ni es "yo debo" tampoco son. Sino que es el "YO"
Miré en Tania, el clásico trabajo jasídico por el Rabino Schneur Zalman de Liadi, capítulo 47. Allí esta escrito que cuando Dios nos dio la Torá, Él nos dio infinitud. Nos conectamos a Él con la Torá y somos libres porque somos entonces infinitos sin límites así como Él es. Y él escribe, "... y así no hay nada para detener a nadie, salvo tu propia voluntad, porque si una persona no quiere..."
Una vez más, la misma idea. Todos somos libres. Pero nuestro ego aprieta bien las teclas.
¿Cómo puedo hacer para liberarme de mi ego?
Para la filosofía se puede concurrir a un iluminado tzadik en algún lugar de México. En la práctica y en tiempo real de liberación, necesito al Rebe. El Rebe de Lubavitch.
Este es un practico consejo del Rebe, en una charla que dio en un Pesaj hace unos años :
"Hacer una parte de tu vida un acto que te lleva más allá de tus límites, ayudar a las personas que no son parte de tu familia o círculo de amigos, haciendo algo que no encaja dentro de su propia definición. Invitar a alguien a compartir contigo tu SEDER No estás tan cómodo. En primer lugar, es posible que no te sientas tan bien. Sin embargo, has establecido de tu propio yo una segura liberación".
Así que, una vez más este año, llego a mi Seder. Dejo mi pequeño mundo de mi propia autoestima y paso a través de la puerta para llegar a algo infinito, atemporal y eterno, porque está ligado a un infinito, atemporal y eterno que es Dios. Ya no soy parte de mí. Soy parte de nosotros y parte de su Torá y por lo tanto, parte de El.
Y para probarlo, les informo: "Que todos los que están necesitados del Seder de Pesaj pueden venir y unirse a nuestro Seder. No importa quien sea, las puertas están abiertas."
He roto la esclavitud y he entrado en la libertad. Este año, todos debemos salir. No sólo en el Seder, sino que en cada momento de nuestras vidas. Para siempre.
Este año en Jerusalén.
ב"ה
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