Estés o no dispuesto, Pésaj ya está llegando... Una vez más es tiempo de empezar con la limpieza general. Es tiempo de mover los muebles y limpiar las sillas, cubrir las superficies de apoyo y restregar el comedor diario; es posible que aparezca una galletita vieja o nos encontremos con un caramelo comido a medias que el bebe guardó detrás del sofá.

¿Y, por qué tanto alboroto? En distintos momentos la Torá prohíbe muchos artículos pero, por suerte, no estamos obligados a embarcarnos en un ataque a fondo contra cada uno de estos ítems prohibidos. ¡No tenemos que eliminar todos los alimentos antes de Iom Kipur, ni tenemos que deshacernos de nuestros automóviles cada viernes de tarde! Entonces ¿por qué tanto espamento por una galletita vieja? Es así que los estudiosos que hay entre nosotros abren los textos cabalísticos y descubren que el jametz, que crece, representa al ego, algo que debe ser erradicado por todos los medios. Pero esto solamente sirve para que surjan nuevas interrogantes: ¿es tan terrible tener un poco de ego? Cualquier psicólogo te dirá que un ego saludable es un poderoso aliciente que da coraje a las personas para perseguir sus sueños y salir en defensa de lo que consideran correcto. Y, si el ego es el mal supremo, entonces ¿por qué está permitido consumir jametz durante todo el año? ¿Será que el Dr. Atkins, con su dieta, realmente estaba sobre la pista de una profunda verdad mística?

En Pésaj celebramos el nacimiento de nuestra nación. En ese momento histórico, más de 3300 años atrás, D-os intervino en nombre de una tribu esclavizada, un clan asimilado y corrupto que poca semejanza tenía con sus sagrados patriarcas y la liberó, tanto física como espiritualmente. Durante toda su trayectoria histórica los judíos fueron esclavizados una y otra vez, pero nunca perdieron su libertad espiritual. En ese profético día de Pésaj los israelitas comenzaron su viaje al Monte Sinaí. Atrás quedó Egipto, al igual que todas las características de la vida en ese lugar las que, a lo largo de los años, habían pasado a ser parte de sus personalidades, y comenzaron su viaje espiritual hacia D-os y Su Torá.

El orgullo es importante, siempre y cuando esté en el contexto apropiado. En el momento de su liberación, los judíos no tenían motivo para sentir orgullo por su estilo de vida carente de Santidad. Para su eterno reconocimiento, ellos pudieron comprender esta idea y salieron al encuentro de la oportunidad Divina de enriquecer sus vidas a través del perfeccionamiento de sus caracteres y de dedicar sus vidas a servir al Creador. A medida que se iban distanciando de Egipto y de sus valores, fueron ganándose el derecho a sentirse orgulloso de sus logros. Así como el orgulloso y alto árbol que produce una fruta tan hermosa tuvo su origen en una semilla que se fue desintegrando en la tierra, el crecimiento espiritual también comienza con la humildad absoluta reconociendo que, sin D-os, todo orgullo es simplemente arrogancia mal encauzada.

Ojala que D-os nos bendiga a todos con un Pésaj realmente significativo y liberador. Y, así como eliminamos todo vestigio de jametz de nuestros hogares, pongamos empeño en liberarnos del orgullo destructivo y podamos comprometernos a llevar una vida de libertad en Torá, una vida de orgullo genuino.