Las frutas reciben la bendición "haetz". Según la ley judía, la fruta es definida como algo que crece de un árbol perenne que no renueva su tronco y no crece muy cerca del suelo. Por lo tanto, manzanas, uvas, nueces (excepto maníes) e higos, son frutas, pero las frutillas, la sandia y las bananas no:

He aquí la bendición:


Baruj ata A-do-nai, Elo-hei-nu Melej HaOlam bore pri haetz

Bendito eres Tú Señor nuestro Di-s, Rey del universo, Quien creo el fruto del árbol.