Los Sabios ordenaron que "uno no debe derivar beneficios de este mundo sin antes recitar una bendición". Bendecir antes de comer es equivalente a "pedir permiso" de Di-s, reconociendo que "el mundo y todo lo que hay en él, es de Di-s" (Salmos 24:1) y Di-s es la verdadera fuente de todos los dones de la vida. Esto imbuye al acto mundano de comer de una conciencia espiritual —conciencia de la verdadera Fuente de nuestro sustento, y del propósito de comer.
Pronunciamos diferentes bendiciones por diferentes tipos de alimentos, y bendiciones posteriores cuando la comida termina.
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