Sobre el versículo1 "Y Abraham era anciano, entrado en días" dijeron nuestros Sabios2 que Abraham el Patriarca hizo uso todos sus días eran completos y plenos, y no perdió siquiera un día.
Esto requiere explicación. Es sabido que Abraham reconoció a su Creador a la edad de tres años3 . Los Sabios incluso encuentran un indicio de ello en el texto bíblico. En el versículo4 'Eikev' (=puesto que) Abraham escuchó 'Mi voz', el valor numérico de la palabra Eikev es 172. Es decir, que de sus 175 años de vida, Abraham "escuchó Mi voz" sólo durante 172 años, puesto que recién a los tres años reconoció a su Creador. ¿Cómo es posible que todos los días de Abraham estuvieran llenos con su servicio a Hashem?
El Reconocimiento del Creador
Más aún: hay opiniones en los Midrashim de nuestros Sabios5 , que dicen que Abraham conoció a su Creador a la edad de cuarenta o de cuarenta y ocho años. ¡¿Cómo entonces es posible afirmar que no le faltó absolutamente nada en su servicio a Di-s durante toda su vida, y que todos sus días eran plenos, siendo que durante cuarenta o cuarenta y ocho años no sirvió a Hashem?!
En realidad esta misma pregunta también puede plantearse sobre cada uno de nosotros. Recién a la edad de trece años comienza la obligación de cumplir los preceptos, y previamente es natural que haya deficiencias en la integridad del cumplimiento de los preceptos por parte de un niño, siendo que éste está recién pasando por la etapa de su aprendizaje y educación. ¡Resulta entonces que cada uno carece de trece años de servicio a Di-s con la integridad que corresponde!
Estudio y Educación
Sólo que se sobreentiende que los años del estudio y la educación no se consideran años defectuosos, sino todo lo contrario. Estos son los años de la capacitación y entrenamiento para la observación posterior de los preceptos, y en esto radica el objetivo y la perfección de los años de la educación. Cuando la torá nos manda llevar a cabo algo donde la realidad impone que le antecedan acciones de preparación y capacitación, también estas se convierten en parte de la propia Mitzvá.
Es decir, no puede argumentarse que los primeros trece años de la vida de un hombre son años incompletos e imperfectos, y el hombre tan solo es inimputable de castigo por sus actos, puesto que sus deficiencias van más allá de su decisión y responsabilidad ('anus'). De un principio es la voluntad del Creador que durante estos trece años, el hombre se dedique a estudiar, a educarse y capacitarse para cumplir las mitzvot, y luego a la edad de trece años comenzará a cumplirlos en su manera más completa y perfecta.
La Perfección Posible
Así también ocurrió con Abraham el Patriarca: es verdad que él llegó a conocer a su Creador y a servirle recién a la edad de tres años (ó cuarenta ó cuarenta y ocho). Pero siendo que previamente, en los años anteriores, estuvo ocupado en la búsqueda de la verdad- como escribió Maimónides6 : Comenzó a revolotear en su mente... hasta que alcanzó el camino de la verdad"- por ello se considera también a estos años como parte del servicio al Creador.
Sin embargo, estos años no pueden ser definidos como que "Abraham escuchó Mi voz", puesto que en la práctica aún no había llegado a conocer al Creador y a servirlo, pero en lo que respecta a la utilización de sus días no había falta alguna, sino lo contrario, ése era el nivel de perfección posible en ese período.
(Likutei Sijot Tomo 35, Pág. 61)
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