Y el Faraón Sueña...

En la Parshá de la semana anterior leímos sobre los sueños de Iosef y de los ministros de Paró. Esta Parshá nuevamente nos habla de sueños: los del Faraón de Egipto. El hilo conductor entre todos ellos es que son parte de los acontecimientos que trajeron a Iaakov y sus hijos a Egipto, comienzo del exilio en Mitzraim-Egipto.

En la Torá todo es exacto y tiene sentido. Si la Torá pone tanto énfasis en el tema de los sueños como parte del desencadenamiento del Galut -exilio a Egipto, entendemos que existe una relación conceptual entre ambos temas (exilio y sueños). Más aún, la analogía que coexiste entre sueño y galut expresa la verdadera condición del exilio y la receta para poder afrontarlo.

Un Elefante en el Orificio de una Aguja.

Está explicado en el libro Tora Or de Rabi Shneur Zalman autor del Tania, que uno de los detalles más sobresalientes del sueño es que puede unir dos extremos opuestos y que en la realidad son imposibles de ensamblar. Por ejemplo: el Talmud relata que en un sueño se puede ver "que un elefante pasa por el orificio de una aguja', sin que esto despierte en la persona asombro alguno.

Esta es la esencia conceptual de la diáspora judía: una situación anormal e irreal que se ve como corriente y natural, y quienes viven en ella no sienten que se trata de un contexto contradictorio.

Una Vida Contradictoria

Encontramos esta misma condición en el exilio espiritual de cada individuo. Por ejemplo, todos entendemos que el amor egoísta que lleva a la persecución desenfrenada placeres mundanos se enfrenta con el amor puro y desinteresado a Di-s. Sin embargo todos vemos a diario como el iehudi cree que ama a Hashem, y está ligado a El, y simultáneamente esta inmerso en sus propias necesidades, producto del ego. Y de todas formas no siente contradicción alguna. Durante la Tefilá (plegaria), se despiertan en nosotros sentimientos maravillosos hacia Di-s. Pero al finalizarla, nos olvidamos de todo, retornando a nuestras actividades, centradas en la búsqueda del incremento personal, sea monetario o social.

Así vivimos. Como en un sueño pleno de contradicciones. Este es el exilio espiritual en el cual existimos. De todas formas, esta paradoja no debe llevarnos a menospreciar el valor del rezo o de nuestro cumplimiento de las mitzvot. Cada Mitzvá tiene un efecto sobre nosotros. El apego a Di-s en el momento de la Tefilá, deja su sello, aunque a veces su influencia nos pase inadvertida.

La Ventaja del Sueño

Sin embargo esta etapa de "sueño"-exilio- tiene también su ventaja. En condiciones normales existe un orden y los acontecimientos se desarrollan de manera organizada, lo que implica limitaciones para el cambio y el crecimiento espiritual personal. En cambio en la época del galut-sueño- tenemos que " aprovechar la oportunidad". No debemos teorizar sobre si ya llegamos al nivel apropiado para llevar a cabo nuestra tarea espiritual de Torá y Mitzvot. Cada judío puede y debe hacer. Cada Mitzvá, cada buena acción que esté a su alcance debe hacerse: "aprovechar la oportunidad". Mientras nos encontramos en el contexto de "sueño"-galut- podemos "saltar" a niveles espirituales más allá de nuestra propia experiencia materialista. Este es el objetivo místico del Galut!!!

(Likutei Sijot, tomo 1 pag 85)