Nitai de Arbel dijo: "Mantente alejado de un mal vecino; no confraternices con un hombre malvado..."
Aparentemente, Nitai de Arbel parece transmitir un mensaje simple y redundante: aléjate de las malas personas.
En realidad, no obstante, en estas palabras se halla implícita una lección mucho más profunda. En la práctica un examen más cuidadoso de esta fraseología proporciona un sentimiento completamente diferente.
¿Cuál es la diferencia entre un "mal vecino" y una "persona malvada"?. Y ¿Por qué uno debe ir tan lejos como para "distanciarse" del primero, mientras que, con respecto al segundo es suficiente con "evitar" alternar con él?
"Mal vecino" significa exactamente eso: no una mala persona, sino alguien cuya proximidad a ti resulta negativa para tu persona. Puede tratarse de un individuo correcto, y que su trayectoria en la vida sea, para él, muy adecuada y gustosa; pero si para ti es desatinada y destructiva, debes guardar distancia. Por el otro lado, la "persona malvada" no es necesariamente un mal vecino si no se encuentra en una posición como para influir en ti. De él no necesitas ni corresponde que te distancies: por el contrario, debes hacerte su amigo, acercártele y ayudarlo a mejorar, cuidándote de no acoplársele ni emular su conducta.
En otras palabras: la maldad en el otro no es una causa valedera para que te alejes de él sólo se trata de tu susceptibilidad a algo que hay en tu prójimo, que es perverso para ti.
Paradójicamente, la "maldad" de tu prójimo es la mayor razón para preocuparte por él, procurando que se aferre a lo positivo que hay en ti.
(De una alocución del Rebe, 21 de Tamuz 5723, Beyond the letter of the law)
Únete a la charla