En el párrafo bíblico semanal, la Torá describe la victoria de los hijos de Israel en la batalla de Midián, y la orden especial de Hashem con respecto al botín de guerra capturado: debían censar a todos los prisioneros y al botín y dividirlo por dos -una mitad sería para los soldados y la otra para el resto de la congregación; luego debían separa de cada mitad una parte para destinarla al Altísimo- de la parte de los soldados debían separar uno de quinientos de cada especie y entregarlo a los sacerdotes y, de la parte del resto del pueblo, uno de cincuenta de cada tipo y entregarlo a los levitas.

Al finalizar este mandato, nos relata así la Torá: "E hizo Moshé y Elazar el sacerdote tal como ordenó Di-s a Moshé". A simple vista con esto era suficiente. Pero no fue así: a continuación la Torá enumera en detalle la cifra total correspondiente a cada especie del botín, luego sigue con la descripción pormenorizada de la mitad de cada especie correspondiente a los soldados, así como de la mitad del resto de los judíos, y siguen con el detalle exacto de las cifras que fueron dedicadas al Altísimo. Y no se entiende: ¿Qué necesidad hay de relatar todos estos detalles?

No Murió Ninguno

El Rambam explica que, en esto nos quiere revelar la Torá que desde que comenzaron a censar el botín y hasta que lo dividieron y separaron el impuesto a Di-s- una actividad que ciertamente requirió de mucho tiempo -no murió siquiera sólo un animal de todo el botín. (Si hubiera muerto tan solo uno, las mitades no hubieran sido parejas).

Pero no se entiende: Di-s no lleva acabo milagros en vano ¿con qué fin realizó este milagro?

¿Que Pasó con el Resto?

La explicación de ello: En la ordenanza sobre cómo disponer del botín faltó, a simple vista, la directiva de cómo actuar con los restos. ¿Qué debían hacer, por ejemplo, si quedaban 73 cabezas de ganado -¿como separaban de ellas "uno de cincuenta"? ¿Por qué no tomó en cuenta la Torá una posibilidad como esta?

Por ello el texto nos aclara que no hubo residuales. Las cantidades del botín pudieron dividirse en mitades exactas y en múltiplos de 50 y de 500. Cuando observamos la descripción numérica del botín, descubrimos este hecho fuera de lo común, absolutamente inusual. Esta es la explicación de por qué la Torá vio necesario enumerar detalladamente la división del botín, para enfatizar que los números podían dividirse exactamente de acuerdo al mandato de Hashem.

De esta manera, los judíos pudieron cumplir la ordenanza "de su mitad" y el resto de las directivas de la manera más perfecta.

No Hay Dificultad

Cuando meditamos sobre el tema, vemos lo extraordinario de lo ocurrido. Está claro que, para que los hijos de Israel puedan tomar del botín números redondos, tuvo que intervenir la Providencia Divina, mucho tiempo antes de la misma guerra. Y esto con un solo objetivo: ¡que los judíos puedan cumplir con la orden de Di-s de la manera más íntegra!

Esto nos enseña que, incluso previo al cumplimiento de cada Mitzvá -orden Divina - Di-s ya prepara el terreno para poder ejecutarla, y desde un principio no da pie a obstáculo ni perturbación alguna. Por lo tanto, no hay que asustarse ni devenirse por ninguna traba en el camino a cumplir los preceptos. Se debe confiar en Hashem, que ya organizó y ordenará todo desde un principio, para que podamos cumplir las Mitzvot como corresponde y en la medida más completa y perfecta.

(Likutei Sijot tomo 13, Pág. 110)