Nada realmente, al menos no en el sentido material. Si el habla es creativa, es sólo en el sentido de que impacta a su escucha. Físicamente, el habla no tiene substancia; es apenas un modelo de ondas sonoras. No obstante, no hay error en el poder de la palabra. La palabra simple tiene el poder de conmoverte, inspirarte, de transformar totalmente tu perspectiva de la realidad.
"Haya luz". "Que se reúnan las aguas y emerja la tierra seca". Que la tierra haga brotar vegetación". La Torá describe la creación del mundo como una serie de declaraciones Divinas. Si queremos comprender la naturaleza de la realidad creada, nos está diciendo la Torá, debemos examinar el fenómeno llamado "habla".
Como habla, las palabras creadoras de Di-s no crearon realmente nada de substancia. Todo lo que hicieron fue cambiar una percepción, cambiar la manera en que una realidad preexistente, la Realidad Preexistente, ha de ser percibida. Cuando Di-s dijo "Haya luz", no sucedió realmente nada, a excepción del impacto que ello tuvo sobre nosotros, los escuchas, para quienes produjo un mundo de diferencia.
El Oyente
Di algo. Cualquier palabra o frase. Dilo nuevamente. Y una vez más. A medida que repites tus palabras éstas rotan en ruidos sin sentido. Han perdido su impacto. Las palabras habladas que no tienen escucha no tienen impacto y, por definición, existencia. Pero dilas nuevamente, esta vez a alguien que aún no las ha escuchado, y recobrarán su significado e impacto.
Si Di-s habla un mundo, entonces, por definición, alguien está escuchando. Alguien afuera de Él Mismo; "afuera" en el sentido de que percibe su propia existencia como algo distinto de la Suya, sin comprender que él no es sino la personificación del deseo Divino de que él sea, exista.
Alguien que podría considerar a Di-s como una idea, como algo acerca de lo cual pensar, o una fuerza a ser tomada en consideración. O que podría cuestionar Su existencia del todo. Alguien que oye el habla de Di-s acerca de un mundo. El hombre.
El idioma
Oyes hablar a alguien. Está diciendo algo muy poderoso. Algo con la capacidad de iluminarte, de provocarte, de abrir nuevos panoramas ante ti. Te das cuenta por el tono y timbre de sus palabras. Pero no te emociona. Está hablando en chino. Para que la palabra haga impacto sobre el oyente, éste debe conocer el idioma.
Para apreciar la importancia del habla Divina que llamamos universo, primero debemos adquirir la lengua en que se habló. "Di-s miró en la Torá y creó el mundo".
Puedes pasar una vida fructífera simplemente escuchando el tono y timbre de las galaxias y los quarks que El articuló. Pero si percibes significación en la grandeza de las estrellas, si sientes el susurro de la naturaleza como una comunicación, mira a la Torá, el diccionario de la Creación.
Di-s nos dio la Torá a fin de enseñarnos la lengua de la Creación, para permitirnos comprender Su comunicación a nosotros, y para comunicarnos, a su vez, con Él.
La Conversación
Una conversación a veces puede no servir a propósito alguno fuera del de transmitir la información contenida en sus palabras. Instrucciones para llegar al banco, el precio del vestido en la vidriera. Pero esto es habla en su sentido más somero. El habla significativa es el empeño por comunicarse, por darse a conocer uno mismo a otro.
Di-s nos habló para que podamos comprenderlo.
No simplemente al mundo que Él dijo, sino a Él, su orador. Dominando la lengua de la Torá, no solamente ganamos conocimiento en cuanto al significado de la existencia creada. También entramos en una conversación de corazón a corazón con su autor y orador.
(Basado en una Sijá del Rebe)
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