Entonces Moshé enseñó a Bnei Israel la mitzvá de reconocer y creer en la Unicidad de D-s:
"Shemá Israel, Hashem Elokeinu, Hashem Ejad/Oye Israel, Hashem es nuestro D-s, Hashem es Uno".
Un judío debe pensar que D-s es Uno arriba, abajo y en los cuatro puntos cardinales.
El significado de UNO incluye:
□ Es la única Realidad absoluta (pues todo lo demás depende de El) no hay creador ni poder, solamente El.
□ El es el Único D-s No tiene 'socios', 'hijos' ni nada similar.
□ La esencia de D-s es Una, si bien podemos percibirlo solamente a través de diversos atributos.
□ Es Uno por encima del tiempo y el espacio. Aunque podemos aceptar los eventos y las personas únicamente en términos del pasado, el presente y el futuro, debemos entender que D-s es eterno; y aunque podamos pensar de cualquiera como confinado en un lugar, debemos saber que D-s está presente en todas partes.
□ Está por encima de cualquier atributo corporal. Aunque estemos obligados a referirnos a El en términos comprensibles para nosotros, como son: 'Su Voz', 'Su Brazo', etc. debemos comprender que en realidad no tiene ningún atributo físico y no está sujeto a ninguna condición o limitación alguna.
Hashem declaró: "Yo creé el universo basado en un sistema de asociaciones que se complementan entre sí, tales como:
□ El cielo y la tierra (juntos activan el ciclo de la lluvia y mantienen la vida en la tierra)
□ El sol y la luna (juntos iluminan el mundo)
□ Adam y Java (o marido y mujer, se unen para la procreación)
□ El mundo presente y futuro (van juntos: si hacemos mitzvot en el mundo presente, seremos recompensados en el Mundo por Venir).
"Sin embargo, hay una sola excepción: Yo.
"Oye Israel, Hashem es nuestro D-s, Hashem es Uno".
¿Por qué Hashem creó en el universo un sistema de asociaciones que se relacionan entre sí como dador y receptor?
Ninguna criatura creada por D-s es autosuficiente, cada una depende de otra, para que finalmente comprendamos que todos dependemos de Uno Más Grande.
En previsión que erróneamente supongamos que D-s Mismo también está sujeto a este sistema (por ejemplo, que tiene una relación de dar-y-recibir con las huestes Celestiales), El nos enseñó, Hashem Ejad: El es único.
Al tiempo que un judío debe creer en la Unicidad de Hashem en todo momento, está obligado a proclamarlo verbalmente cada mañana y cada noche.
El Gan Edén con sus delicias fue creado para quienes pronuncian el versículo Shemá, que proclama la unicidad de D-s, con la debida concentración.
Un judío debe estar preparado para sacrificar su vida antes que negar la unicidad de D-s (pues dicha negación es equivalente a practicar la idolatría, y un judío debe estar preparado para sacrificarse antes de cometer idolatría).
Un judío mentalmente preparado para renunciar a su vida por Hashem, es considerado en el Cielo como si lo hubiera hecho.
El pueblo judío declara a Hashem: (Tehilim 44:23) "Por Tí nos matan todos los días; somos como las ovejas destinadas al matadero".
El versículo implica que al leer el Shemá diariamente con la disposición de renunciar a la vida por Hashem, somos considerados como si hubiéramos sufrido el martirio por amor a El.
En el Sefer Tora las letras Ain y Dalet del Shemá están agrandadas:
□ Juntas, la Ain y la Dalet forman la palabra testigo.
El pueblo judío fue creado para testificar la verdad de la unicidad de D-s, que proclama diariamente dos veces.
□ Además, la letra Dalet ha sido agrandada para que se la distinga claramente de la letra Resh que es similar. Así la Tora evita que se lea erróneamente la palabra como si Hashem fuese solamente 'otro dios'.
A la inversa, en Shemot 34:14, donde dice: "Pues no habrás de posternarte ante dios ajeno" la letra Resh de ajeno está agrandada para que nadie la confunda por una Dalet y lea: "No habrás de posternarte ante un D-s".
□ El valor numérico de la letra Dalet es 4, para inducir la idea de: "Acepta la ley de D-s en el cielo, la tierra y los cuatro puntos cardinales".
Al pronunciar la palabra "ejad" se debe prolongar un poco la Dalet para tener este pensamiento en mente.*
Eliahu preguntó a Rabí Nehorai: "¿Por qué el Todopoderoso provoca terremotos?"
Rabí Nehorai explicó: "Indican que está enojado. Su Beit Hamikdash yace en ruinas, sin embargo la gente sigue concurriendo a teatros y circos que se establecieron en todas partes. Por ello, sacude las rocas del mundo con terremotos, porque considera que la raza humana merece la destrucción (por vivir sus vidas con valores falsos).
Destruiría a la humanidad pero la deja sobrevivir por el mérito del pueblo judío; porque cuando ingresan a sus Batei Knesiot (sinagogas) y Batei Midrashot (casa de estudios) y declaran la unicidad de D-s con las palabras: "Shemá Israel", El se apacigua.
Durante toda su vida nuestro patriarca Iaakov se preocupó que ninguno de sus hijos se apartara del camino de la rectitud. Pensó: "¿Me irá mejor que a mis padres? Mi abuelo Abraham tuvo un hijo, Ishmael, que veneraba ídolos y mi padre Itzjak engendró al malvado Esav".
Cuando Iaakov descubrió que su hijo Reubén había desarreglado la cama paterna después de la muerte de Rajel, estaba muy alarmado. "Quizás un hijo no merecía seguir siendo considerado como una de las Tribus", pensó. Únicamente después que D-s le aseguró personalmente que Reubén se había arrepentido, Iaakov se relajó. Nuevamente, cuando Iosef desapareció, Iaakov temió que Iosef no merecería ser incluido entre las Tribus.
El deseo supremo de Iaakov era que cada uno de sus hijos se mantuviera en el camino de la rectitud. Por ello, cuando yacía en su lecho mortal, los convocó uno por uno para reprenderlos e instruirlos. Finalmente, los convocó a todos juntos y les preguntó: "¿Puedo morir tranquilo que ustedes servirán al Todopoderoso honestamente? ¿Quizás se aferran aún a los ídolos que el padre de Abraham, Teraj, adoraba? ¿O acaso veneran a los dioses de Labán, el hermano de mi madre?
Sus doce hijos contestaron unánimemente: "Oye Israel (Iaakov), así como tu corazón está pleno de D-s, el nuestro también. Reconocemos plenamente a Hashem, nuestro D-s, Hashem es Uno".
Aliviado, Iaakov se postró ante la Shejiná en agradecimiento de que todos sus hijos fueran tzadikim.
Hashem declaró: "Iaakov, cuando tus descendientes proclamen Mi unicidad, mencionarán tu nombre".
Por ello repetimos en nuestras plegarias la respuesta exacta de los hijos de Iaakov, para implicar: "Oye, nuestro padre Israel/Iaakov es Uno".
Tambien repetimos las palabras de Iaakov bendiciendo a Hashem cuando se dio cuenta que todos sus hijos eran justos: "Baruj shem kevod maljutó leolam vaed/Bendito sea el nombre de Su glorioso reino por siempre jamás".
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