Hashem advirtió aMoshé, "Mientras que tu cuerpo descansará con tus antepasados, tu espíritu será guardado bajo mi kisé hakavod (el trono Divino de la Gloria) con tus antepasados.
"Después de tu muerte los malvados del pueblo no cumplirán con mi pacto y practicarán la idolatría".
Hashem presagió los eventos durante la era del primer Beit Hamikdash (Sagrado Templo de Jerusalem), cuando los reyes malvados inducían a los judíos a practicar la idolatría.
"Mi furia se encenderá ese día y les ocultaré Mi rostro y los dejaré sufrir".
Al mismo tiempo, Hashem habló como un padre que ama a su hijo. Cuando no puede soportar el sufrimiento de su hijo, oculta su rostro para no verlo.
"Entonces reconocerán, 'Fue porque la Shejiná se apartó de nosotros (por nuestros pecados) que acaeció este mal'.
"Este pensamiento fugaz de teshuvá no Me obligará a redimirlos. Ocultaré Mi rostro aun más, como si no notara su sufrimiento y esperaré a su arrepentimiento total antes de liberarlos de sus aflicciones".
"Experimentarán las destrucciones de sus Batei Mikdash y soportarán el exilio".
Los Sabios nos enseñan, "No hubo un momento más oscuro en la historia que cuando el Todopoderoso presagió ante Moshé, Y Yo, seguramente habré de ocultar Mi Rostro -en aquel día" (Devarim 25:18).
"Ahora escribe la canción Haazinu (Devarim 32:1-43). Tú y Iehoshúa la explicarán y le enseñarán al pueblo a recitarla. Presagia su castigo si Me abandonan. Cuando sufran más adelante en el exilio, que no adjudiquen su destino a una mera coincidencia, sino a que fui fidedigno al juzgarlos".
"Si vuelven a Mí y reclaman, les responderé. Así se darán cuenta que siempre los acompañé en su aflicción".
Una mujer estaba por dar a luz y comenzó a gritar de dolor Su madre, quien vivía arriba suyo, escuchó los gritos horrendos y también clamó.
"¿Qué ocurre?", preguntó el vecino. "¿Acaso ambas están por dar a luz?"
La respuesta de la madre fue, "Acaso el dolor de mi hija no es mío también?"
En forma similar, cuando fue destruido el Beit Hamikdash, D-s también estuvo de duelo en el Cielo. El, también sufre con nosotros en el exilio, como dice, "Estoy con él en la aflicción" (Tehilim
91:15).
D-s prometió, "La canción de Haazinu y toda la Torá nunca serán olvidadas por el pueblo judío a lo largo de la historia".
"Cuando los judíos pequen en el futuro, leerán la canción de Haazinu y reconocerán que fueron advertidos de no transgredir la Torá. Yo cuidé Mi parte del pacto, mientras que ellos fallaron".
Moshé obedeció el mandamiento de D-s. Escribió la canción Haazinu y la agregó al resto de la Torá. Luego congregó a los ancianos y al pueblo y se la explicó.
En ese día, el día de la muerte de Moshé, no los congregó con sonidos de trompetas, como era habitual.
Moshé ordenó enterrar sus trompetas de plata. Nadie las volvería a utilizar. Moshé tampoco consideró que debían ser utilizadas en el día de su muerte, pues los reyes son los que congregan a sus súbditos con sones de trompetas y "No hay reinado el día de la muerte" (Kohelet 8:8). Cuando llega el día de la muerte, el rey y el pueblo son iguales; los poderes reales no pueden salvar a un rey de la muerte.
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