Koraj ben Itzhar, un hombre de la Tribu de Leví, estaba profundamente ofendido de que Moshé no le hubiera asignado una prominente posición comunal.
Koraj pensaba, "Mi mazal (destino) indica que yo he nacido para grandeza. ¿Por qué razón mi abuelo llamó a mi padre Itzhar/aceite? Debe haber previsto que al igual que el aceite siempre flota hacia la superficie, así también mi padre engendraría hijos superiores merecedores de ungimiento con el sagrado shemen hamishjá para posiciones de kehuná o realeza.
"Ahora, ¿quién es destinado sino yo, el más grande de los hijos de Itzhar y el más calificado para alto oficio?"
Verdaderamente, Koraj combinaba cualidades superiores las cuales pocas personas podían igualar:
□ Primero, su linaje era ilustre. Su antepasado fue Kehat, y su familia, los Benei Kehat, era la más importante de las familias Levitas. Koraj era un primo hermano de Moshé y Aarón.
□ El había sido escogido como uno de los portadores del arón (arca).
□ Más aún, Koraj era un hombre muy inteligente e instruido.
□ El previó con ruaj hakodesh (inspiración divina) que sus descendientes incluirían al famoso profeta Shemuel, así como también a catorce grupos de leviím quienes profetizarían con ruaj hakodesh.
Dijo Koraj, "Estoy destinado a ser la fuente de toda esta grandeza. ¿Cómo puede ser que yo mismo no alcance un rango de especial importancia?"
El conocimiento previo de su gran progenie fortificó su creencia en el exitoso resultado de una revuelta contra Moshé. (El no se dio cuenta de que sería destruido, y que sus hijos sobrevivientes darían a luz a estos grandes descendientes.)
□ Por sobre todo, Koraj estaba seguro de sí mismo a causa de su fabulosa riqueza. El se consideró a sí mismo favorecido por Hashem, y por consiguiente con derecho a contender contra Moshé, porque, "Un hombre rico habla con descaro" (Mishlé 18:23).
¿Cómo se volvió rico Koraj?
Los otros miembros de la Tribu de Leví vivían en pobreza. Ellos no habían transportado oro o plata de Egipto. El mandato de Moshé de que todo judío despojara de dinero y vasijas a los egipcios se refería sólo a aquellas Tribus que habían realizado labor esclava. Dado que los leviím no habían trabajado para los egipcios (sino fueron libres y estudiaron Torá), ellos no recibieron dinero en recompensa en el Éxodo. En el Iam Suf, los leviím se abstuvieron de tomar los despojos de Egipto porque ellos no atribuían valor a las posesiones mundanas. Estaban totalmente inmersos en el estudio de Torá. Por todos los años del desierto, los leviím vivieron sin medios, dedicándose puramente a inquietudes espirituales.
Sólo Koraj estaba hambriento de dinero. En Egipto, él había sido tesorero del Faraón. Había esperado que los judíos permanecieran en Egipto después de la redención, y él entonces se volvería el propietario del tesoro real. Hashem, quien conduce a cada persona en la vida a lo largo de la senda que ella desea ser conducida, satisfizo el anhelo de dinero de Koraj dejándole descubrir una parte del tesoro que Iosef había ocultado en las arcas reales. Este descubrimiento hizo a Koraj una de las más ricas personas que jamás vivieron. No obstante, dado que él malempleó su fortuna para rebelarse contra la Torá, fue castigado mida- kenegued- mida (medida por medida). Ningún rastro de su fortuna quedó. Ella desapareció junto con él en la tierra.
A pesar de sus muchas distinciones, Koraj no hubiera osado oponerse a Moshé, de no haber sido por su esposa. La esposa de Koraj infló el ego de su marido y repetidamente le aseguró que él estaba a la par de Moshé y Aarón. Para su mala fortuna, Koraj escuchó a su esposa.
Hubo dos personas extremadamente ricas, una judía y una gentil, quienes escucharon a sus esposas, fueron destruidas, y perdieron sus fortunas. El judío fue Koraj, cuya esposa lo inspiró a rebelarse contra Moshé. El no- judío fue Hamán, quien escuchó a su esposa para erigir una horca de cincuenta amot (aprox. 25 mts.) de alto para Mordejai. El no comprendió que estaba preparando la horca para sí mismo.
El orgullo de Koraj estaba profundamente herido pues Moshé aparentemente había ignorado cuando seleccionó los varios dignatarios; él no había designado a Koraj para ninguna función sobresaliente en la comunidad.
"Es totalmente injusto," pensó el mortificado Koraj, "que Moshé no me escogiera como nasí (lider) sobre la familia de Kehat. Era claramente mi derecho ser escogido. Yo soy el primogénito del segundo de los hijos de Kehat, Itzhar. En cambio, él confirió este oficio a mi primo más joven, Elitzafán ben Uziel (Bamidbar 3:30).
"Mi abuelo Kehat tuvo cuatro hijos, Amram, Itzhar, Jebrón, y Uziel. Los dos hijos de Amram, Moshé y Aarón, se volvieron respectivamente un rey y un sumo sacerdote. El nieto de Amram, Elazar, fue nombrado cohén, mientras yo no lo fui, a pesar de que soy ciertamente al menos su igual. (Koraj calculó que aún el valor numérico de su nombre, mp, era el mismo que el valor numérico de Elazar, 308) ¿Por qué debería Elazar haber sido nombrado cohén, cuando yo no lo fui?"
"No puedo creer que Hashem ordenara a Moshé distribuir los oficios tan injustamente. Más bien, Moshé debe haber hecho así por su propia elección. ¿Quién dice que cada uno de sus actos es dictado por Hashem, como él afirma?"
Koraj, un hombre sabio, perdió su sabiduría y razón porque estaba consumido de deseo por gloria y por envidia de aquellos quienes, como él lo veía, eran sus iguales y habían alcanzado rangos más altos que él. Su declaración de que Moshé había distribuido los oficios sin un mandato Divino era apikorosut. Koraj así se causó ser calificado como uno de aquellos que "desprecia la palabra de Hashem." Eventualmente, Koraj fue tan lejos hasta afirmar que Moshé había inventado todas las mitzvot (mandamientos).
La envidia de Koraj ardió en su corazón por un largo tiempo. Era el objeto de muchas conversaciones entre él y su esposa. Una de éstas tuvo lugar cuando retornó de la ceremonia de purificación de los leuiím (Bamidbar 8:5-14), rasurado al punto de estar irreconocible.
La esposa de Koraj exclamó, "¡Yo no te reconocí! ¿Quién te desfiguró así?"
"Esta fue la acción de Moshé," replicó Koraj. "Más que eso; ¡primero Moshé y luego Aarón me alzaron y me balancearon hacia arriba y abajo! ¡Qué desgracia! Luego Moshé me dijo que ahora estoy puro porque pasé el proceso de purificación de los leuiím."
Koraj se mofó de la ceremonia de purificación dado que sabía que él no se había vuelto "más puro" sino, por el contrario, sentía un deseo intensificado de rebelarse en contra y blasfemar de las mitzvot. (En realidad, Torá y mitzvot son un elixir para aquellos que desean purificarse, pero veneno para aquellos que buscan corromperse.)
La esposa de Koraj: "¡Ridículo! Tú ves cómo Moshé te odia. El tramó la idea de afeitarte a fin de hacerte lucir ridículo."
Koraj: "Tú no puedes decir así, porque Moshé después hizo lo mismo a sus propios hijos."
La esposa de Koraj: "¿Qué le importa, mientras él pueda degradarte?"
Después de eso, Koraj incitó al pueblo contra Moshé y ganó unos pocos seguidores. No obstante, no osó desafiar a Moshé abiertamente. El pueblo entero admiraba a Moshé y hubiera asesinado a Koraj por sugerir una rebelión contra su querido líder.
Ahora, en el segundo año en el desierto, después del incidente de los Espías, Koraj sintió que había llegado el tiempo para la rebelión. Muchas muertes habían ocurrido; judíos habían perecido en Taverá y en Kivrot Hataavá. Por sobre todo, el pueblo estaba deprimido pues todos los hombres que habían salido de Egipto perecerían en el desierto. Moshé había sido incapaz de impedir este decreto con su tefilá (plegaria), y su anterior popularidad había decaído. Muchos judíos pensaban en sus corazones que bajo el liderazgo de Moshé ellos habían sufrido muchas desgracias. Koraj creyó que él podía ahora ganar seguidores.
Un día, cuando retornó del Beit Hamidrash (casa de estudio), su esposa lo inspiró con una idea para empezar una discusión con Moshé.
La esposa de Koraj: "¿Qué halajá (ley judía) les enseñó Moshé a ustedes hoy en el Beit Hamidrash?"
Koraj: "El nos enseñó las leyes de tzitzit, vestir cuerdas anudadas, de las cuales una es tejelet?"
La esposa de Koraj: "¿Qué es tejelet?"
Koraj: "Moshé dijo, Tijad cuerdas a vuestras vestimentas de las cuales una debe ser de lana azul, teñida con la sangre de la criatura jilazón."'
La esposa de Koraj: "Ve, qué tontas leyes les enseña a ustedes. ¿Por qué deberías tener sólo una cuerda tejelet fijada a tu vestimenta? Yo puedo hacerte una vestimenta que sea completamente tejelet."
Esto proveyó a Koraj de una idea para oponerse a Moshé.
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