"Así habréis de separar, también ustedes, una dádiva (dedicada) a Hashem" (Bamidbar 18:28)
Cuando se nombra un emisario para cumplir ese precepto, siendo que "el enviado del hombre es igual a él mismo", se considera como que uno mismo cumplió el precepto.
Cuando la persona sale al mundo, se ve forzada a luchar con el "desierto". Este mundo material es denominado "desierto grande y temeroso, donde no hay agua".