Hashem ordenó a Moshé advertir al Faraón que a menos que él pusiera en libertad a los judíos, densa Pestilencia seria impuesta sobre Egipto al preciso día siguiente. Hashem fijó el comienzo de la Plaga para el día siguiente para impedir a los egipcios alegar que ésta era una dolencia natural antes que un milagro. Además, el anuncio de que la Plaga ocurriría un día más tarde daba al Faraón tiempo para arrepentirse.

El Faraón ignoró la advertencia. Al día siguiente, una densa Pestilencia afligió a los animales Egipcios, y ellos todos perecieron. No sólo los animales murieron, sino los jinetes perecieron también junto con sus caballos, los pastores con sus ovejas, los conductores de burros junto con sus burros, y los conductores de camellos con sus camellos.

La pestilencia, no obstante, exceptuó a todos los animales pertenecientes a los Benel Israel así como también a aquéllos que eran propiedad común de un judío y un egipcio. Todo egipcio que se había apoderado del animal de un judío y fraudulentamente alegaba que era suyo, era ahora refutado. Puesto que el animal no pereció, el egipcio tuvo que admitir que le pertenecía a un judío y era obligado a devolverlo.No sólo los animales de los Benei Israel no fueron dañados, sino, de hecho, éste fue un tiempo de bienestar para los Benei Israel durante el cual no sufrieron pérdidas financieras o ansiedad.

¿Por qué Hashem trajo la Plaga de Pestilencia? Los Egipcios habían forzado a los Judíos a volverse pastores y conductores de burros en parajes desiertos y montañas distantes para impedirles a ellos multiplicarse. Como castigo, todos sus animales perecieron.