En la Hagadá de Pesaj leemos acerca de las Diez Plagas con las que fueron castigados los egipcios. Según el Midrash, cada una de ellas era un castigo en medida equivalente a los sufrimientos que los egipcios habían provocado a los judíos…
En la Hagadá de Pesaj leemos acerca de las Diez Plagas con las que fueron castigados los egipcios. Según el Midrash, cada una de ellas era un castigo en medida equivalente a los sufrimientos que los egipcios habían provocado a los judíos…
Hashem dijo a Moshé, “El Faraón rehúsa dejar ir al pueblo. Adviértele a él que a menos que Me escuche, Yo le causaré una plaga devastadora a él y a su pueblo. Baja al Nilo temprano en la mañana para encontrar al Faraón y adviértelo a él allí. El finge ser un dios y por consiguiente va al Nilo a cumplir sus funciones corporales en secreto.”
Hashem ordenó a Moshé, “Di a Aharón, ‘Extiende tu mano con tu bastón de forma tal que todas las corrientes, ríos y estanques de Egipto produzcan ranas.
“Díle,” Hashem dio instrucciones a Moshé, “‘Si tú no dejas ir a Mi pueblo, Yo enviaré una mezcla de bestias salvajes, serpientes, y escorpiones sobre tu tierra. Ellos llenarán las casas de Egipto y también la tierra. Yo distinguiré la tierra de Goshen donde Mí pueblo mora no permitiendo a las bestias entrar a ella.
Hashem ordenó a Moshé advertir al Faraón que a menos que él pusiera en libertad a los judíos, densa Pestilencia seria impuesta sobre Egipto al preciso día siguiente. Hashem fijó el comienzo de la Plaga para el día siguiente para impedir a los egipcios alegar que ésta era una dolencia natural antes que un milagro. Además, el anuncio de que la Plaga ocurriría un día más tarde daba al Faraón tiempo para arrepentirse.
Hashem ordenó a Moshé y Aharón que cada uno de ellos debía tomar dos puñados de hollín de una caldera. Aharón debía entregar sus dos puñados de hollín a Moshé, y luego Moshé debía lanzar todo el hollín arriba al cielo. Hashem lo convirtió en Forúnculos leprosos los cuales descendieron sobre los Egipcios y sus animales.
Hashem ordenó a Moshé, “¡Levántate muy temprano para presentarte en el palacio del Faraón, y advertirle a él acerca de la Plaga del Granizo!” Hashem sabía que el Faraón, en esta mañana particular, planeaba ocultarse él mismo de Moshé. Por esta razón, El ordenó a Moshé presentarse en el palacio más tempranamente que lo usual, incluso antes de que el Faraón saliera al Nilo.
“Sed sensato,” los sirvientes aconsejaron al Faraón. “¿Cuánto tiempo debe este hombre continuar siendo una amenaza para nosotros? Si la Plaga de Langostas nos golpea, nosotros estamos destinados a morir de hambre. Poned a todos los Judíos en libertad para que ellos adoren a su Dí-s; ¿No os dais cuenta de que Egipto está perdido?”.
Hashem ordenó a Moshé, “¡Extiende tu mano hacia el Cielo y trae Oscuridad sobre la tierra de Egipto, una oscuridad tan densa que ella pueda ser sentida!”
Cuando los primogénitos Egipcios escucharon la advertencia de Moshé sobre una plaga en la cual ellos todos perecerían, imploraron a sus padres, “¡Por favor liberad a los Judíos! ¡En el pasado, todo lo que Moshé predijo acaeció, y nosotros no deseamos morir!” Los padres Egipcios se rehusaron a escucharlos, contestando, ‘Cada hombre posee diez hijos. ¡Es mejor que cada familia sacrifique uno de sus hijos antes que dejar a los Judíos salir libres!”