Pregunta:

He estado casada por cinco años, y tenemos dos hijos, de tres y un año. Me duele informar que mi esposo y yo, no nos hemos llevado bien durante la mayoría de nuestra vida de casados. Nos conocimos en nuestra primera semana en la universidad, y desde ese entonces comenzamos a salir. Nuestro sistema social entero ha girado en torno nuestro como pareja. Nuestra relación era fabulosa en la universidad, pero desde que contrajimos matrimonio, las cosas han comenzado a caer cuesta abajo.

Apenas pasamos tiempo juntos, difícilmente nos comunicamos, y más recientemente ha habido peleas a los gritos, que me dejan llorando en mi habitación. Todavía amo a mi esposo, y quiero que las cosas se solucionen. Le he sugerido ir a asesorarnos, pero mi esposo no quiere de ninguna manera. La semana pasada, reservé un turno para nosotros, y él me hirió llamando al terapeuta y cancelándolo a mis espaldas. ¿Debería ir yo sola a un terapeuta?

Firma: Esposa desconcertada

Respuesta:

Querida Esposa Desconcertada

Lamento mucho escuchar sobre el deterioro de tu matrimonio. Es muy difícil estar en una relación así, y elogio tu valentía de enfrentar esta situación. Está claro que hay muchos sentimientos de enojo y dolor entre ustedes dos, y debe llevarse a cabo algún tipo de acción.

Tú no puedes obligar a alguien a hacer algo que no quiere. Está claro que tu esposo no quiere ir. ¿Le has preguntado por qué se niega? Date cuenta que no te dará una respuesta, ya que él mismo no está seguro de por qué no quiere ir. Sin embargo, intenta encontrar algún momento tranquilo, en el cual esté más dispuesto a hablar, y aprovecha esa oportunidad para airear tus preocupaciones. Al discutir sobre el tema, usa las oraciones clásicas de “yo”. O sea, cuéntale sobre tus sentimientos, qué tan triste y asustada estás, y cómo te gustaría trabajar con él para que las cosas mejoren. Luego, pregúntale de vuelta, sin confrontarlo, por supuesto, si estaría dispuesto a ir contigo a asesorarse. No digas cosas que parezcan que lo acusas o que lo juzgas, ya que esto causará que actúe a la defensiva, y posiblemente siga negándose a ir.

Si todavía se niega, entonces puedes ir tú sola, si quieres. Sin embargo, antes de ir, debes tener claras las metas de la terapia. Aunque estés segura que sería de gran ayuda tener un lugar para descargar tus sentimientos y miedos, asesoramiento individual no debería ser una sesión de quejas contra tu marido. Aunque suene como que tu marido tenga grandes temas que contribuyen al deterioro de su relación, ten en mente que la funcionalidad de una relación dinámica, o la falta de ella, es el resultado de la interacción de ambas partes. Tú puedes, y debes, usar la terapia para identificar tus propios temas y problemas que puedes estar trayendo al matrimonio, trabaja en ellos necesariamente. Esta actitud será crítica para el éxito de tus esfuerzos por preservar tu matrimonio.

Un buen terapeuta te ayudará a fortalecerte y a que seas más conciente. Al ser más conciente, podrás identificar las áreas en tu vida que puedes mejorar. Todos traen su “material” personal a sus relaciones y a sus matrimonios. Generalmente, no somos concientes de cómo nuestro comportamiento desencadena ciertas respuestas en nuestros cónyuges, amigos e hijos. Alternativamente, los comportamientos de otras personas pueden desencadenar una reacción particular por nuestra parte, generalmente sin darnos cuenta. Tal paradigma de desencadenamiento dual puede llevarnos a un ciclo vicioso. Un buen terapeuta podrá ayudarnos a identificar estos patrones de comportamiento y ayudarte a trabajarlos.

Podrás encontrar que al trabajar en ti misma, tu marido también comenzará a cambiar. “Así como el agua refleja el rostro de una persona, también el corazón de uno se refleja en el otro”. (Proverbios 27:19). Las relaciones son un tipo de baile, con cada pareja inconcientemente conociendo sus pasos muy bien. Cuando una pareja cambia el ritmo, entonces todo el baile comienza a cambiar. Cuando él vea que estás cambiando, puede ser el ímpetu que precisa para unirse contigo en el asesoramiento matrimonial. Desafortunadamente, cuando hay una larga historia de sentimientos hostiles, un cónyuge puede negarse a tomar acción hasta que vea que el otro ha tomado el primer paso.

Es importante que notes que cuando una persona o pareja comienza con un tratamiento, puede haber verdaderos crecimientos de dolor en su relación. Esto sucede porque la gente tiende a estar cómoda con sus viejos hábitos (sin importar que tan sanos sean o no). Así que, ten en mente que el verdadero cambio lleva vario tiempo y esfuerzo.

Pienso que eres una mujer muy valiente y fuerte para decidir tomar una acción positiva en tu vida. Quiero desearte mucho éxito, y que pronto veas mucha bendición por tu esfuerzo.