La noche previa a Pesaj, realizamos la búsqueda del Jametz, alrededor de toda la casa y sus alrededores a la luz de una vela.

Se acostumbra a esconder pedazos de pan duro (preferentemente envuelto en papel para que no esparza migas) en varios lugares de la casa para que el que busca el Jametz los encuentre.

Según la Cabalá deben ser 10 pedazos.

Toma una bolsa de papel, una vela (o linterna), una cuchara de madera y una pluma de ganso. Luego, al anochecer, reúne a la familia y recita la siguiente bendición:

Barúj Atá A-do-nái, E-lo-héinu Melej Haolám, asher Kideshánu Bemitzvotav, Vetzivanu al Biúr jametz.

Bendito eres Tú, Señor nuestro Di-s, Rey del Universo, que nos santificó con Sus preceptos, y nos ordenó la eliminación del jametz.

Uno debe buscar con la vela todos los escondrijos incluso las rajaduras del piso y la pared.

No se debe hablar entre la bendición y el comienzo de la búsqueda, ni siquiera en temas concernientes a la búsqueda.

Durante la búsqueda no se debe hablar de otra cosa que no este directamente relacionado a la búsqueda.

Puedes darle a cada miembro mayor de la familia (desde los 10/11 años) un equipo como el tuyo y todos se dispersarán revisando cada rincón de la casa buscando vestigios de jametz olvidados por allí, además de los 10 trozos envueltos que distribuiste antes.

Los miembros de la familia deben estar cerca para escuchar la bendición, y cada uno después va a revisar su propio lugar.

Asegúrese de revisar primero la habitación aledaña al lugar donde se dijo la bendición, y no ir a otra habitación después de recitar la bendición.

Lo que se va encontrando se levanta con la cuchara ayudándose con la pluma, que se utiliza como escobita, y luego se coloca todo en la bolsa atándola y guardándola hasta la mañana siguiente.

Despues de la búsqueda se anula el Jametz (que uno podría haber pasado por alto) y dice: “Todo jametz (cereal o masa fermentada) y levadura que se encuentre en mi posesión, que no lo haya visto y no lo haya eliminado, y del cual desconozco su existencia, sea nulo y sin propietario alguno, igual que el polvo de la tierra”.

Después de la búsqueda uno debe asegurarse de colocar el Jametz que se consumirá y el que será quemado a la mañana siguiente, en un lugar seguro, para que no tengan acceso allí los niños o los ratones y esparzan migas por toda la casa.

En la mañana previa a Pesaj, a la 5 hora del día (calculando desde el amanecer) uno debe hacer un fuego y quemar el Jametz y anularlo:

La anulación dice lo siguiente:

“Todo jametz (cereal o masa fermentada) y levadura que se encuentre en mi posesión, que no lo haya visto y no lo haya eliminado, sea nulo y sin propietario alguno, igual que el polvo de la tierra”.

Los diez pedazos de pan deben ser quemados, y se debe decir lo siguiente durante la quema del Jametz:

Sea tu voluntad Adonai nuestro Di-s, y Di-s de nuestros padres, que así como elimino el jametz de mi casa y de mi posesión, así elimines Tu todas las fuerzas extrañas, purgues el espíritu de impureza de la tierra, erradiques nuestra mala tendencia de dentro de nosotros y no concedas un corazón de carne para servirte en verdad; destruye en humo toda la sitra ajara y todas la kelipot y todas la iniquidad, y haz desaparecer el imperio del mal de la tierra; y a todos aquellos que afligen a la shejina, elimínalos con un espíritu de destrucción y de juicio tal como aniquilaste a Egipto y a sus ídolos en aquellos días, en esta época del año. Amen. Sela.