¿Quién es este jametz y cómo me libro de él?

Jametz significa “cereal leudado”. En Pesaj, no solo que no comemos jametz, sino que tampoco está permitido que esté en nuestra posesión. Si un alimento o una bebida contiene siquiera un rastro de trigo, cebada, centeno, avena, espelta o alguno de sus derivados y no se tomaron precauciones para que no se fermentara o leudara, entonces, ese producto es jametz, esto significa que, hoy en día, todo alimento o bebida procesados se consideran jametz, a menos que tengan adjunto un certificado que afirme lo contrario.

El problema es que las casas están plagadas de este jametz. Y es por eso que durante las semanas previas a Pesaj nos embarcamos en una misión de limpieza de primavera a fondo al mejor estilo “encuéntralo-destrúyelo”. En estos días, atacamos todos los rincones a los que llegan alimentos (no hace falta limpiar lugares a los que nunca llega comida). Movemos los muebles, el horno y la heladera; buscamos por debajo de los almohadones del sofá; limpiamos sillas, armarios y bibliotecas. Y después, también, limpiamos la oficina, los bolsillos del abrigo y el coche.

Por supuesto, el blanco principal es la cocina. Una vez que terminamos de limpiarla, usamos papel de aluminio o papel común para revestir todas las superficies que pueden llegar a entrar en contacto con comida.

Para Pesaj, se utilizan, en la medida de lo posible, juegos separados de utensilios y artefactos eléctricos. Si esto no es posible, hay algunos utensilios de cocina que pueden kasherizarse para Pesaj. Haz clic aquí para más información sobre el tema.

La Venta

Ahora seguramente estarás pensando: “¿Y qué pasa con mi whisky Chivas Regal de 30 años de añejamiento que está hecho de pura malta, y con la obra maestra hecha con fideitos de mi hijo?”. Para estos objetos, existe una alternativa: simplemente asegúrate de que no se encuentren en tu posesión durante Pesaj.

Toma todo el jametz que quieres guardar, la comida, las bebidas y los utensilios que se usan a lo largo del año (y que no se kasherizan para Pesaj), y guárdalos en un armario o en una habitación que luego cerrarás con llave o con cinta adhesiva. Luego, deberás autorizar a un rabino experto para que lleve a cabo una venta legalmente vinculante de acuerdo con la ley judía y la ley civil (presiona aquí para hacer esto online). Él venderá todo tu jametz justo antes de Pesaj, y lo volverá a comprar una vez que culmine la fiesta. La noche que termina Pesaj, después de que el rabino compró de nuevo tu jametz, ya puedes descorchar el Chivas Regal y hacer un brindis… ¡Lejaim!