En la noche anterior al comienzo de Pesaj se realiza la “Búsqueda del Jametz”. La casa, por supuesto, ya está limpia y preparada para Pesaj, sólo resta llevar a cabo la “búsqueda del Jametz” para cerciorarnos de que no haya quedado ni una miga de Jametz en ningún rincón. Antes de la búsqueda recitamos la siguiente bendición:
Barú Atá A-do-nái, E-lo-héinu Melej Haolám, asher Kideshánu Bemitzvotav, Vetzivanu al Biúr Jametz.
Bendito eres Tú, Señor nuestro Di-s, Rey del Universo, que nos santificó con Sus preceptos, y nos ordenó la eliminación del Jametz.
¿Cómo se realiza esta búsqueda?
El jefe de familia toma una vela (de cera o parafina), una bolsa de papel, una cuchara de madera y una pluma de ave. Con la vela se busca en todos los rincones del hogar, y las migas encontradas se ponen en la bolsa ayudándose con la pluma y la cuchara. Es costumbre distribuir diez pequeños trozos de pan envueltos en papel (para que no hagan migas), por toda la casa antes de la “búsqueda del Jametz” para “encontrarlos” durante la búsqueda.
Luego de realizada la “búsqueda del Jametz” se procede a anular todo Jametz no encontrado, recitando lo siguiente:
“Todo Jametz (cereal o masa fermentada) y levadura que se encuentre en mi posesión, que no lo haya visto y no lo haya eliminado, y del cual desconozco su existencia, sea nulo y sin propietario alguno, igual que el polvo de la tierra”.
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