Ahora que se completó la construcción del Mishkán (la semana pasada leímos acerca de este tema), la Parashá comienza cuando Di-s le habla a Moisés en el Mishkán. Di-s le habla de los korbanot, o sea, los sacrificios, que eran una parte muy importante del servicio del Mishkán. La Parashá nos enseña cuáles son las distintas clases de korbanot:

· El olá, también conocido como “ofrenda ígnea”, que se quema por completo en el altar.

· Las cinco clases de ofrendas de minjá, que son sacrificios hechos de harina y aceite de oliva.

· Los shelamim, la ofrenda “pacífica”, parte de la cual se quemaba en el altar y era comida por la persona que había traído el sacrificio, mientras que las otras partes se daban al Kohen.

· El jatat, que son distintos sacrificios que se traían como expiación para alguien que había pecado.

· El asham, que era un sacrificio que se ofrendaba por ciertos pecados. Dichos pecados eran: a) Si alguien en forma accidental usa algo que supuestamente solo debe usarse en el Mishkán. b) Si alguien piensa que tal vez pecó, pero no está seguro. c) Si alguien jura en falso al tratar de engañar a otra persona.

Las leyes referentes a los korbanot eran muchas y muy complejas, pero había una regla que se aplicaba a todos por igual: todos los sacrificios se ofrendaban con sal.