El octavo día de Pesaj está estrechamente ligado a la venida del Mashíaj.
Así, la Haftará —lectura de los Profetas que sucede en la Sinagoga a la Lectura de la Torá en los días Shabat y Festivos--, ocupada con lo que debería ser la temática central del momento, en efecto, se halla repleta de alusiones directas y claras a la Era Mesiánica, cuando "el lobo morará con el cordero, y el león jugará con el cabrito" —situaciones que según las leyes naturales vigentes en la era del Exilio son imposibles, al existir el mal sobre la Tierra— y "El erigirá un estandarte para las naciones y reunirá a los dispersos de Israel".
Hace unos trescientos años, a medida que el momento de la venida del Mashíaj se hallaba más próximo, el Baal Shem Tov —Fundador del Movimiento Jasídico— instauró una nueva costumbre que enfatizaba en mayor medida aún aquella relación, Pesaj y Mashíaj.
El último día de Pesaj, por la tarde, hizo una comida adicional, llamada Seudat Mashíaj.
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