Aburre, ¿cierto? ¿Sentarse otro año más y repetir la misma ensalada de párrafos enigmáticos, mezclada con alimentos incomibles? Sin embargo, al penetrar la superficie ritual, nos encontramos con una dimensión profunda e inspiradora. La experiencia de Pesaj puede ser una vivencia transformadora de tu propia vida, siempre y cuando tomes conciencia de ella. He aquí algunos conceptos que pueden ser de utilidad para que logres inspiración y liberación real durante la Festividad. Sí… en tu propia mesa.

Pregunta: ¿Cuándo fue el primer Seder de Pesaj?

Respuesta: En Egipto, ¡todavía siendo esclavos! Uno pensaría que el primer Seder sería en el aniversario del Éxodo. Pero no fue así. D-os nos transmitió una idea brillante para nuestra vida: si quieres algo, primero tienes que visualizarlo. Sentirte libre, antes de serlo. ¿Quieres algo? ¿Tienes un objetivo? Visualízalo hasta en el más mínimo detalle, como si ya lo tuvieras. Nuestro pensamiento posee extremo poder para cambiar la realidad. Recuerda que tu conducta es consecuencia de tu pensamiento y tus ideas. Fuimos libres porque nos visualizamos libres.

Por otra parte, en el día anterior al Seder, eliminamos el JAMETZ (que representa el orgullo, indiferencia, apatía) de nuestras casas declarando verbalmente que ya no es nuestro, no existe para nosotros (al mismo tiempo actuamos: buscamos y lo eliminamos concretamente). Y así funciona realmente: si algo de jametz fuese encontrado durante los ocho días de Pesaj en tu casa (jametz que se te pasó por alto durante la limpieza) no se considera de tu propiedad, dado que lo “eliminaste” verbalmente antes del comienzo de la Festividad. Analiza qué profundo lo anterior: el poder de tu pensamiento y de tu palabra tienen la enorme capacidad de modificar tu realidad y la realidad que percibes.

Uno no puede ser libre, no puede ser uno mismo, si está inflado con ego (jametz). Por eso, ese fue el primer paso. Recién cuando eliminas esa característica negativa, ya estarás preparado para Pesaj. Ahora sí, puedes vivenciar profundamente el Seder.

Comencemos por ejemplo con el MAROR. Cuando comas de este alimento amargo, debes integrar, digerir, aceptar y hacer parte tuya, los problemas, obstáculos y sufrimientos que has tenido. Porque de alguna manera te han hecho crecer. Pero también debes nutrir con sentido a esos sufrimientos.

¿Cómo darle sentido al sufrimiento? Comiendo MATZÁ. ¿Cómo es posible? La matzá es lo opuesto al jametz: una masa que no creció. Es la humildad que te lleva a saber cuál es tu verdadero lugar en el mundo, tu verdadero “yo”, tu sentido en la vida, tus enormes talentos y potenciales espirituales, que solo tú tienes y nadie más. Por lo tanto, si tienes un objetivo en la vida, ninguna dificultad ni sufrimiento (maror) te detendrá. Por el contrario, a veces las dificultades tienen la particularidad de despertarnos de nuestro letargo. Nos sacuden. Los sufrimientos, si son amortiguados con un sentido de vida (matzá) es posible que en vez de hundirte, te fortalezcan, te hagan más rebelde en tu anhelo de concretar tu objetivo y des-cubrir talentos ocultos.

Genera mucho sufrimiento no actuar como quien uno realmente sabe que puede llegar a ser. Por lo tanto, cuando comas la matzá pon intención, digiere e internaliza que debes ser LIBRE de lo que NO eres tú. Medita en el hecho de que a partir de ese momento y en adelante, serás TÚ MISMO, no lo que otros quieren de ti; o mucho peor, cediendo a tu peor enemigo y boicoteador interno (FARAÓN).

El Faraón interno está allí exactamente para decirte que vales lo mismo que un esclavo, que eres “uno más”, que no tienes nada especial, que tu misión es solo trabajar y comer, que ya es tarde para ser quien de verdad quieres ser, y un montón de múltiples artimañas y estrategias que tiene para no dejarte ser tú mismo.

De este modo, al comer matzá, descubrirás lo que no pudiste ver antes porque el ego (jametz) te lo impedía, y el Faraón (y el sufrimiento) lo fortalecía: que el mundo te precisa y hay mucha tarea por realizar. Deja de pensar cómo el mundo debe servirte, sino cómo puedes servir tú al mundo. Solo saliendo de ti mismo, trascendiendo tus propias necesidades, abriendo los ojos y viendo a tu alrededor, te darás cuenta que tienes mucho para dar, mucho para cambiar. Y de pronto reconocerás que D-os te dio exactamente las herramientas necesarias para realizar esa misión.

En resumen: 1) Elimina el disfraz de falsedad que creaste (jametz); 2) Comprende quién eres y qué puedes dar al mundo (matzá); 3) Visualízate en ese estado; 4) Toma los malos momentos como despertadores (maror); 5) No hagas caso a tu voz interna negativa (Faraón); 6) Agradece a D-os por lo que sí tienes (Halel); 7) Pídele con toda tu fuerza que te ayude a cumplir tu sentido de vida.

Después de esto ya estás listo: ahora haz acciones concretas. Camina con confianza por el sendero de tu sentido hacia tu propia libertad.

¡Pesaj Kasher ve Sameaj!