Querida Rajel,
He comenzado un nuevo trabajo del cual estoy muy contenta. Soy la directora ejecutiva de un grupo muy talentoso de abogados. Sin embargo, soy significativamente menor que muchos de mis compañeros de trabajo, aquellos a los que yo dirijo. En la mayoría de los casos soy lo suficientemente menor como para ser su hija. No me siento incómoda por ello, pero se ve claramente que ellos sí lo están. ¿Hay algo que pueda hacer?
T.C.
NY, NY
Estimada TC,
Debe ser difícil entrar en un ambiente de trabajo en donde intentas dirigirte a personas de la edad de tus padres. Y es muy entendible, que la gente pueda sentirse incómoda teniendo a alguien de la edad de su hija que les diga qué hacer.
Siendo que eres nueva en este puesto, es muy claro que el problema no es contigo personalmente, sino con tu edad. La ventaja de esto, es que si ellos pueden dejarse llevar y gustar de tu persona, entonces tu juventud puede de hecho ser una ventaja.
Lo que es vital, sin embargo, es dejar en claro a través de tus acciones que tú no los miras hacia abajo por ser mayores que tú o que no sientas que eres mejor que ellos en ningún sentido. Claramente tienes las credenciales, experiencia y entendimiento para ser la directora de ellos, pero un verdadero director es aquél que trabajo con sus empleados, no separado de ellos.
La Torá nos enseña que la posición más alta es la de un rey. Y aún así, el rey también es considerado el mayor sirviente. ¿Cómo puede una persona ser un gobernante y un sirviente a la vez? Porque un verdadero gobernante es aquél que apunta a servir a su distrito electoral, a proveerlos, a asegurarse que no les falte nada. Así que en verdad, el líder más grande es el más humilde de todos.
El ejemplo básico de esto es Moshé quien era el líder más grande del pueblo Judío, y aún así, era conocido por su humildad. Fue su humildad lo que le dio a él la claridad y habilidad de escuchar a Di-s y de transmitir Sus mensajes al pueblo judío.
Así que, ¿Cómo se aplica esto a tu trabajo? Tú tienes la responsabilidad de asegurarte, como directora, que tus empleados están contentos y prósperos. Si centras tu atención a sus necesidades y trabajas con ellos para que mejoren en lo que hacen, entonces te respetarán y se sentirán satisfechos con su trabajo. Asegúrate de encontrar sus puntos fuertes y guiarlos, más que demandarles cosas. Cuanto más trabajes con ellos como un equipo, más irán hacia adelante como equipo.
Además, no hay duda que su edad y experiencia les ha enseñado cosas de las cuales tú te puedes beneficiar. Tener a alguien menor, puede crear en ellos un sentimiento de inseguridad, de reemplazo, de algo no logrado. Cuanto más los motives a que compartan contigo sus ideas, su conocimiento y sus sugerencias, más se darán cuenta que no solo ellos pueden aprender de ti, sino también que ellos pueden enseñarte.
Es por eso que leemos en el Talmud (Taanit 7 a, Makot 10 a), que más que lo que nosotros aprendemos de nuestros maestros, lo aprendemos de nuestros alumnos. Permite que aquellos a los que tú diriges sientan que tienen algo valioso que agregar y dar a tus proyectos.
Estoy segura que con la actitud y preocupación correcta, no solo tendrás éxito en tu nuevo puesto, sino que todo tu equipo también lo tendrá… ¡gracias a ti!
Rajel.
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