Sabemos que cuando comienza la temporada invernal de fútbol, los días son mas cortos y las noches más largas. Para algunos de nosotros, algunas noches de la semana son tradicionalmente dedicadas al fútbol.

Somos devotos a mirar por no poco tiempo a un grupo de atléticos hombres correr detrás de una pelota de cuero a través de un gran campo de juego.

También existe una tradición judía y es que cuando los días se acortan y las noches se alargan, dedicamos más tiempo al estudio de la Torá.

Nuestros Sabios nos explican que ni bien concluye el verano, cuando comienzan a mermar las luces del día, es el momento de incrementar en nuestro compromiso con la actividad judaica.

"Quien aumenta noches a los días (utilizándolos para el estudio de Torá) agrega días a su vida".

Esto no sólo se aplica al estudio, sino a nuestras acciones cotidianas también, que deben estar unidas al judaísmo.

Este nuevo compromiso debe crecer día a día tal cual las noches, paulatinamente, mas siempre en aumento.

Volviendo al fútbol, trate de explicarle este acontecimiento a alguien que lo desconoce totalmente. Puede usted comentarle los diferentes roles de los jugadores, el punto específico del juego, todo lo que incumbe al equipo. En realidad, aunque esta persona presencie un partido, vea a los jugadores en acción, todavía no llegará a comprender plenamente todo sobre él. Pero en cambio, si juega un partido de fútbol, lo captará mejor.

Esto es aplicable al judaísmo. Todos los estudios, explicaciones y demostraciones que tratemos de dar, no harán de éste, algo accesible. Únicamente experimentándolo, vivenciándolo lo lograremos.

Una vez que usted esté jugando un rol en "este partido", correrá al lado de la pelota.