Por la forma en que va escalando posiciones, muchos predicen el día en que Shimon Waronker se transformará en uno de los máximos ejecutivos de uno de los distritos escolares más grandes de América. No importa que esté a los comienzos de los cuarenta años y que sea bastante nuevo en el campo. Aparte del hecho de que es estrictamente ortodoxo, un judío Jasid de Jabad. Esto, para los que lo conocen, hace de él el candidato más probable.

La candidatura a la fama de Shimon viene de las trincheras —no las trincheras militares, a pesar que aprendió también ahí lecciones importantes y prácticas —sino las trincheras administrativas escolares.

Waronker capturó el corazón de una nación y se convirtió en el niño mimado de los medios —el Today Show, CNN, NBC News y la primera plana del New York Times —por transformar una escuela conocida como el "infierno en la tierra" en un brillante ejemplo de excelencia académica y social. No está mal para un director debutante.

En su primer día en el trabajo, hubo una golpiza. La víctima, un joven adolescente, sufrió daños cerebrales, pérdida de la visión y más. Tras hacer arrestar al responsable por asalto (con la ayuda de algunos de las dos docenas de policías asignados a la escuela), Waronker fue amenazado de muerte por el padre del estudiante encarcelado, un hombre que ese día había sido liberado de la prisión, donde había estado por violación.

Cinco bandas controlaban el vecindario y su cuartel era la escuela, Middle School 22 en el Bronx, New York City, donde habían tomado los pasillos, las aulas, los baños y a veces hasta la oficina administrativa. Es una proeza bastante impresionante para alumnos desde el quinto al octavo grado, como elemento en la tasa de fracasos, que hace que algunos de esos alumnos de octavo grado tengan 18 años. Los estudiantes mayores reunían magníficos 'salarios' persuadiendo a los menores para que hicieran el grueso de su trabajo sucio —tráfico de drogas y otros crímenes —porque por debajo de los 16 años, un niño no es imputable.

La mayoría de las personas, como los seis directores previos, habrían abandonado el lugar tras unos pocos meses, pero no Shimon: Tenía una visión y la iba a implementar. Hoy, unos años después, las bandas se han ido, las drogas, el crimen y la violencia son insignificantes, los niños estudian, el cuerpo docente es agradable y los padres están agradecidos y son optimistas. ¿Pero cómo implementó este milagro sin precedentes?

Este es el interrogante que formulé a Shimon Waronker en el momento de las preguntas que siguió a una estimulante charla pre-Rosh HaShaná que él dio para la Comunidad Judía Rusa de Toronto. Él dijo que viene de tres cosas: bitajón, dirá batajtonim y simjá. En español, confianza absoluta en el Creador, un férreo compromiso para arreglar el mundo y una alegría indomable.

No hay ningún libro de texto con la receta para un remedio social o académico. Su respuesta me dejó confundido y, lo admito, un poco irritado porque pensé que se mostraba evasivo. Pero a medida que habló acerca de esto, más comprendí que no estaba bromeando. Es un caso clásico de "Donde hay voluntad, hay un camino".

¿Qué es bitajón —confianza? Es como una fe híper cargada. La fe común es cuando ustedes saben que todo lo que Di-s tiene reservado para ustedes es para su propio bien, aun si este no es aparente. Confianza es cuando ustedes saben que se transformará en bien también en el sentido revelado. ¿Cómo podemos estar tan seguros? Si aun los Patriarcas temieron no merecer el ver cumplidas las bendiciones divinas, ¿en base a qué estamos tan seguros?

La respuesta es que la confianza absoluta cambia nuestro destino. Para dar un ejemplo, dos mujeres fueron bendecidas una vez por un Rebe para concebir tras un largo tiempo sin hijos. Tras casi un año, una de las mujeres dio a luz y la otra ni siquiera estaba embarazada. Esta segunda mujer trajo su queja ante el Rebe, quien respondió "¿Qué esperabas? Al recibir su bendición, ¡tu amiga salió a comprar un cochecito de bebé!"

En efecto, Shimon Waronker se dijo "El buen Señor me puso en esta situación, así que va a funcionar bien". Creer esto fue el primer paso para hacer que ocurriera.

¿De qué trata el segundo principio de Waronker —dirá batajtonim, hacer Divino al mundo? Es hacer al mundo vivir su propósito. Las reglas de decencia, moralidad, bondad y amabilidad no cambian dependiendo de la raza, credo o cultura. No cambian con o sin drogas o armas. Todas y cada una de las personas tiene un propósito en el mundo y, en general, es el mismo propósito para todos nosotros: Hacer mejor al mundo, de acuerdo a como la Torá ve las cosas.

¿Cómo será el mundo cuando llegue la Redención y Di-s sea revelado? ¿Habrá respeto mutuo y coexistencia pacífica? ¿Orgullo y dignidad? En ese caso, es nuestro deber ponerlo en marcha ahora lo mejor que podamos. Shimon Waronker vio la situación difícil de hoy superpuesta con la visión del mañana y se dio cuenta que era el momento de arremangarse y comenzar a trabajar. No es posible que el plan de Di-s para la sociedad sea impracticable, y no es Su voluntad hacerlo Él mismo.

El tercer elemento es simjá —alegría. ¿Qué tiene que ver? Nuestros sabios enseñan que la alegría atraviesa las barreras.

Aquí hay un ejemplo de este principio en acción. Un día Shimon Waronker retornó a MS22 de una conferencia para encontrar que una pandilla había tomado, literalmente, las oficinas administrativas de la escuela. Impertérrito, recibió la situación con su característica sonrisa, pero eso sólo irritó a uno de los docentes que dijo "¿Cómo puede sonreír en un momento así?"

"Antes que nada" respondió Waronker "sabemos exactamente quién está involucrado porque todo está filmado y atraparemos a esos individuos. Segundo, si comienzo a llorar, ¿qué harán los demás?"

Waronker es un caso de estudio del adagio jasídico "Trajt gut, vet zain gut —piensa bien y estará bien". En la forma en que se lo imagina, sólo hay dos posibilidades: Tanto Sartre, Camus y Nietzsche tenían razón y la vida es amoral, sin significado ni propósito, o hay manera y el judaísmo es algo real. El darse cuenta de lo último es la única opción viable, él se arrojó a ella de todo corazón y su apasionada fe en Di-s y en la naturaleza humana es contagiosa.

Es una lección viviente para todos nosotros, antes que nada ustedes pueden tener éxito como judíos observantes de la Torá y orgullosos jasidim. Segundo, con la actitud correcta pueden vencer todas las dificultades. Y, finalmente, no hay situación que no pueda ser arreglada.