La semana pasada vi la película “El violinista sobre el tejado” y me quedé pensando en ti. La barba de Tevie y su saco negro me recordaron un poco tu figura. Te diría que la película me hizo pensar que los judíos religiosos son como antigüedades ambulantes, sin contacto con la realidad moderna. Si la descripción del judaísmo que hace esta obra puede ser tomada como guía ¿no te parece que ya es hora de disponer de una versión actualizada?
Respuesta:
Imagínate que dentro de doscientos años tus tataranietos hagan una investigación para averiguar cómo era la vida en el año 2007. Revisando archivos familiares encuentran una reliquia de esa época, un viejo episodio de la serie de “Los Simpsons”. Miran este capítulo con mucho interés, creyendo que van a ver cómo era una familia típica a principios del siglo XXI.
¿Qué crees? ¿Te parece que basándose en “Los Simpsons” podrán hacerse una idea precisa sobre ti?
Por supuesto que no. “Los Simpsons” son una sátira, no un documental. Es comedia, no historia. Nosotros, que estamos inmersos en la actualidad, podemos apreciar el humor de “Los Simpsons”, sus personajes exagerados y la inversión de los roles, sus niños sabelotodo y los torpes y estúpidos adultos. Pero, dentro de uno o dos siglos, la vida habrá cambiado y el humor también; es posible que la ironía detrás de los personajes de este programa no pueda ser captada por las futuras generaciones. Podrán tomar a “Los Simpsons” en serio, como si fuera un relato histórico de la vida de familia de su época. Por supuesto que este punto de vista sería ridículo, una comedia se convertiría en historia y los chistes pasarían a ser hechos.
Pero eso es exactamente lo que ha sucedido con “El violinista sobre el tejado”. Esta comedia musical está basada en los cuentos cortos titulados “Tevie, el lechero”, escritos por Sholem Aleijem, el humorista idish del siglo XIX. Sholem Aleijem, un judío laico, estaba ridiculizando lo que observaba como tradiciones atrasadas y obsoletas del judaísmo. Describe la vida judía como un polvoriento museo de rituales arcaicos y porfiadas tradiciones sin base lógica. Tevie es presentado como un hombre sincero pero inculto, terco en sus puntos de vista y ciego en su fe, cuyos valores y creencias no pueden competir en el mundo moderno.
“El violinista sobre el tejado” es folclórico y entretiene. Pero es sátira, no historia. Y así Tevie el lechero, es tan representativo de un típico judío observante como Homero Simpson lo es de un típico padre moderno. Aún así, para muchas personas del presente, sean o no judías, “El violinista” es su único acercamiento a los judíos observantes y ellos lo toman como una fiel descripción de la vida religiosa judía.
La verdad es muy diferente a la de la caricatura presentada en “El Violinista”. El judaísmo ha sobrevivido por su capacidad para hablarle a cada generación en su propio lenguaje, por ofrecer enérgicas respuestas a las preguntas planteadas por cada nueva época y por reinventarse a sí mismo en todos los tiempos y lugares, sin diluir su contenido original. Lo que Sholem Aleijem nunca pudo llegar a imaginar es que, mientras su cultura secular idish casi ha desaparecido, las tradiciones del judaísmo siguen vivas. En la actualidad más y más judíos están reconociendo que hoy en día la antigua sabiduría y las prácticas espirituales del judaísmo tienen más relevancia que nunca.
Hoy somos judíos porque nuestros bisabuelos tenían la inconmovible fe de Tevie. Nuestros bisnietos serán judíos si tenemos la visión de comunicarnos, a nosotros mismos y a nuestros hijos, esa fe con voz dinámica y moderna. Llegará el día en que incluso “Los Simpsons” quedarán relegados a la historia, pero nuestra tradición seguirá viviendo.
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