El rabino Jaim Gurevitch era muy querido en Crown Heights, Brooklyn, Nueva York, y en muchas otras partes. Se desempeñaba como director de eventos especiales en Colel Jabad, la organización benéfica más antigua de Israel, fundada en 1788 por el primer Rebe de Jabad-Lubavitch, Rabi Schneur Zalman de Liadi. Se dedicaba incansablemente a recaudar fondos con los que se proporcionan alimentos y otras necesidades básicas para los pobres de Israel, este trabajo lo llevó a lugares como el Caribe y el Lejano Oriente. Pero no solo recolectaba donaciones, siempre entablaba relaciones profundas con los donantes, convirtiéndose en un referente espiritual y guía para quienes lo ayudaban en su obra benéfica. Gurevitch falleció el 16 de marzo, luego de un trágico accidente mientras realizaba su tarea sagrada. Tenía 62 años.

Gurevitch nació en Lvov (Lviv), Ucrania en el año 1959 bajo las duras condiciones impuestas por el gobierno soviético. Creció en Tashkent, Uzbekistán, donde su familia huyó con otras familias de Jabad para evadir la persecución de las autoridades soviéticas. Sus padres, Reb Shmuel Gershon Nissan y Bella Gurevitch, eran miembros activos de las acciones clandestinas de Jabad durante el período de posguerra. Cuando era adolescente, Shmuel había jugado un papel importante en el "Gran Escape", la operación secreta de Jabad que sacó de contrabando a miles de jasidim de la Unión Soviética, falsificando pasaportes polacos bajo las narices de la KGB. Reb Shmuel Gurevitch estaba en el último tren que salió antes de que se cerrara la operación. En el último minuto, él y sus cómplices fueron detenidos. Después de languidecer en prisión durante dos meses, su padre, Reb Refael Dovber, lo liberó y suplicó a los soviéticos que lo intercambiaran por su hijo, por lo que fue encarcelado durante una década.

Para asegurarse que sus hijos no fueran a las escuelas comunistas, Shmuel Gurevitch mantenía al joven Jaim en casa arriesgándose que lo descubrieran. El hermano menor de Gurevitch, el rabino Elimelej Goorevitch, hoy codirector de Jabad en Laguna Beach, California, recuerda vívidamente aquellos días difíciles. "Las autoridades vinieron a llevar a Jaim a la escuela y mi padre lo escondió detrás de la puerta". Cuando entraron, el padre de los niños insistió en que Jaim no estaba en casa, y el joven Elimelej se sentó a jugar frente a la puerta para que no la abrieran. “Había mucho mesirut nefesh ['autosacrificio'], nos arriesgábamos todos los días”, dice, “pero gracias a eso todos continuamos siendo religiosos”, a pesar de los vientos dominantes y la presión de la vida soviética.

La casa de Gurevitch en Tashkent tenía una mikve secreta, algo extraordinariamente peligroso en la Unión Soviética. Nada los disuadió de mantener la vida judía, especialmente cuando se trataba de una mitzvá tan crucial. “Recuerdo que Jaim cayó en la mikve una vez”, recuerda el rabino Elimelej Goorevitch.

Gurevitch organiza un evento para Colel Jabad frente al Kotel en Jerusalem (Foto: Colel Jabad)
Gurevitch organiza un evento para Colel Jabad frente al Kotel en Jerusalem (Foto: Colel Jabad)

Mantenerse conectado con el Rebe

A pesar de todo, la familia luchó arduamente para mantenerse conectados con el Rebe, Menajem M. Schneerson, de bendita memoria. Antes de que naciera Jaim, sus padres recibieron una bendición del Rebe para un nacimiento fácil y saludable, transmitido a través de la red clandestina de jasidim.

La familia Gurevitch salió de la URSS hacia Israel en 1966 y se instaló en Kfar Jabad, entonces una aldea jasídica en desarrollo cerca de Tel Aviv. Shmuel Gurevitch se convirtió en el director del jéder local. Los recién llegados hicieron todo lo posible para ayudar a otros jasidim de Samarcanda y Tashkent a aclimatarse al nuevo estilo de vida.

"Los padres de Jaim hicieron todo lo posible para ayudar a mi familia después de que llegamos de Rusia, especialmente a mi padre, que no se encontraba bien", le dice a Jabad.com el rabino Berke Mishulovin, un amigo de la infancia que emigró de la ex Unión Soviética en 1969. “Lo volví a ver hace unos 10 años, después de no verlo por más de 20 años. Se puso a llorar. Se notaba como se preocupaba por otro judío”.

En 1972, Gurevitch visitó al Rebe en Nueva York por primera vez. Fue un sueño hecho realidad para el joven adolescente, que en la Rusia soviética apenas podía imaginarse esa posibilidad. En la Unión Soviética, la familia ni siquiera usaban el término "Zeide ['abuelo']", comúnmente utilizado por otros jasidim para referirse al Rebe. Por temor a que los órganos de seguridad comunistas se dieran cuenta, se referirían al Rebe como el "Tío Jaim" en la correspondencia con el exterior.

Después de su primer viaje a Nueva York, Gurevitch, anhelaba regresar, finalmente lo hizo en 1975, estudiando en la Ieshivá cerca del Rebe hasta contraer matrimonio con Fraidy Rosenblum en 1982.

Gurevitch con una anciana, beneficiaria de Colel Chabad en Arad, Israel. (Foto: Colel Jabad)
Gurevitch con una anciana, beneficiaria de Colel Chabad en Arad, Israel. (Foto: Colel Jabad)

"Encarnación de un verdadero jasid"

Después de servir como emisario de Jabad en Hartford, Connecticut, durante casi una década, con la bendición del Rebe, Gurevitch se unió a Colel Chabad como director de desarrollo. Si bien la descripción de trabajo era la recaudación de fondos, logró impactar en innumerables vidas a lo largo de los años.

“No recaudaba dinero”, dice el rabino Sholom Duchman, director de Colel Chabad, “traía neshamot ['almas']. Él era la encarnación de un verdadero jasid, siempre alegre y optimista en su servicio a Di-s y su devoción al Rebe. No era solo una parte de Colel Chabad; era parte integral de su ADN, era el corazón de Colel Chabad ".

Una las comunidades donde él era muy querido era en Singapur. Una comunidad judía histórica que se remonta al siglo XIX, para muchos puede ser lejano, pero no para Gurevitch. Comenzó a visitar Singapur hace unas tres décadas antes de que Jabad tuviera una presencia permanente en la nación insular.

"Era muy querido por los directivos de la comunidad", dice el rabino Mordejai Abergel, emisario de Jabad y rabino principal de la ciudad-estado, " forjó amistades sólidas con muchos miembros de la comunidad a lo largo de los años y se interesaba genuinamente en lo que pasaba aquí. Era simplemente un ser humano maravilloso, un verdadero mensch. Para muchos judíos de Singapur él era todo”.

Su casa siempre estaba abierta para la hospitalidad, con una cálida sonrisa Gurevitch y su señora Fraidy recibieron a innumerables invitados que venían a Brooklyn a lo largo de los años, siempre con humor, una sonrisa genuina y una palabra amable.

Presentandole unos donantes al rabino Israel Meir Lau, entonces rabino principal de Israel. (Foto: Colel Chabad)
Presentandole unos donantes al rabino Israel Meir Lau, entonces rabino principal de Israel. (Foto: Colel Chabad)

Adrián Waisburg, de 47 años, de Rye, Nueva York, conoce a Gurevitch desde hace tres años. “Era un hombre amable con un gran corazón”, dice. Waisburg conoció a Gurevitch durante el fin de semana de la Conferencia Internacional de Emisarios de Jabad-Lubavitch (Kinus Hashlujim), cuando él y su hermano se unieron a algunos amigos que habían llegado de su Argentina natal, junto con el hijo de Gurevitch, Mendy, rabino de la comunidad Wolfsohn en el barrio de Belgrano en la ciudad de Buenos Aires. Disfrutaron tanto de la cena de Shabat en la casa de Gurevitch que regresaron al año siguiente. Y luego el siguiente.

"Este año, debido a la pandemia, no fue posible visitarlo en persona ", explica Waisburg, "así que mi hermano y yo le enviamos un regalo al rabino, como hacíamos todos los años".

Gurevitch mejoraba la vida de quienes los conocian. (Foto: Colel Jabad)
Gurevitch mejoraba la vida de quienes los conocian. (Foto: Colel Jabad)

Waisburg se sorprendió gratamente cuando Gurevitch lo llamó, le agradeció el regalo y le hizo una propuesta: "¿Qué tal si estudiamos Torá una vez a la semana? Empecemos de a poco: solo 15 minutos a la semana". Gurevitch le envió a Waisburg un Jumash y empezaron a estudiar. “Comenzamos estudiando 15 minutos y rápidamente aumentamos a 35 o 40 minutos. No importa si estaba de viaje o muy ocupado nunca se perdía una sesión. Una vez me llamó desde su coche, de camino al aeropuerto”.

El estudio comenzó hace tres meses. “Terminamos de estudiar sobre Purim; me envió una Hagadá y matzá, y comenzamos a aprender sobre la Pesaj". Hablaron por última vez el jueves pasado. "Estudiamos los pasos del Seder de Pesaj e íbamos a continuar el próximo jueves".

Al asistir a la circuncisión de un nieto en Delaware a principios de esta semana, el rabino se detuvo en Deal, Nueva Jersey, en camino a su casa en Brooklyn, para entregar matzá a mano a sus conocidos allí. Mientras hacía el recorrido por las distintas casas, fue atropellado por un automóvil, sucumbiendo a sus heridas dos días después. Falleció cumpliendo su misión de vida, ayudar a otros judíos.

Además de su esposa, quedan deudos sus hijos: Rab Levi Gurevitch (Southlake, Texas); Esty Zaklikovsky (Bellaire, Texas); Rab Mendy Gurevitch (Buenos Aires); Rikki Altein (Broomall, Pensilvania); Rab Berel Gurevitch (Eugene, Oregon); Mushky Brook (Minneapolis); Chanale Vogel (Wilmington, Delaware); Shmuly Gurevitch (Brooklyn, Nueva York); y Nochum Gurevitch (Brooklyn, Nueva York); así como muchos nietos.

También quedan deudos su madre, la Sra. Bella Gurevitch y sus hermanos: Rab Elimelech Goorevitch (Laguna Beach, California); Sra. Tzivia Friedman (Kfar Chabad, Israel); Yossel Gurevitch (Brooklyn, Nueva York); Menachem Gurevitch (Brooklyn, Nueva York); y la Sra. Chana Marazov (Kfar Chabad, Israel).

Que Hashem les otorgue consuelo.

En un evento familiar recientemente.
En un evento familiar recientemente.