Cuando el rabino Jaim Binjamini estableció la Ieshivá de Petrópolis, en las afueras de Río de Janeiro, hizo historia en Brasil. Empezó con solo 20 estudiantes: 10 de San Pablo, cuatro de Río de Janeiro, tres de Belem, dos de Porto Alegre y uno de Curitiba. Hoy en día, la mayoría de los 110 emisarios de Jabad-Lubavitch en Brasil, y en otros países de América Latina, fueron sus estudiantes, educados en la Ieshiva Colegial Majané Israel de Petrópolis. Falleció este 3 de noviembre en Israel. Tenía 98 años de edad.

Nació como Jaim Fisher el 3 de diciembre de 1922 en Budapest, Hungría, hijo del rabino Biniamin Zev y Jaia Leah Fisher. Su padre era rabino y maestro. Jaim estudió en una Ieshivá húngara hasta que la Segunda Guerra Mundial los obligó a cerrar. Continuó sus estudios en forma privada bajo la tutela de su tío, el rabino Itzjak Panet de Kunszentmiklós, y fue ordenado rabino por él.

En 1943, fue nombrado rabino de Karcag, donde sirvió por un corto tiempo hasta que los alemanes ocuparon Hungría y fue enviado a un campo de trabajo en las afueras de Budapest.

El joven rabino estaba decidido a aferrarse a su judaísmo tanto como fuera posible y logró ingresar un par de tefilín de contrabando al campo de trabajo. El trabajo forzado comenzaba antes del amanecer y aun no era posible ponerse los tefilín según la ley judía, por lo que Binjamini los llevaba consigo a las canteras donde trabajaba. Allí, escondidos de los guardias, uno por uno, todos los prisioneros se ponían los tefilín por un momento. Los que estaban abajo se los colocaban, mientras que los de arriba hacían de vigías; cuando se acercaba un guardia, hacían señales y escondían apresuradamente los tefilín.

La fatiga y el hambre eran cotidianos, y un día, mientras Binjamini rezaba, el vigía no vio al guardia que se acercaba y el juego terminó. "¡Te atrape!" gritó el guardia enfurecido, "¡Te estás comunicando con el enemigo!" Ordenó a Binjamini que saliera y agarró sus preciosos tefilín. “Pensé que todo había terminado”, recuerda Binjamini en Ieshivá Shel Maalah, un libro en hebreo sobre la Ieshivá de Majane Israel. Un rato más tarde, el guardia regresó y se los devolvió. “Nunca supe por qué, tal vez les mostró a sus comandantes el 'dispositivo de comunicación' y se rieron de él…”, supuso Binjamini.

Durante un tiempo, Binjamini encontró refugio en la Casa de Cristal bajo la protección del diplomático sueco Carl Lunz, donde también consiguió visas para escapar de Hungría. Pero los alemanes no respetaron sus papeles y lo deportaron a Bergen-Belsen.

Allí, en 1945, él y sus compañeros de prisión lograron leer la Torá antes de Purim, Parashat Zajor ("Recordarás lo que te hizo Amalek..."), con una Torá prestada de otra división del campamento, la pasaron de contrabando a través de una cerca eléctrica controlada por los nazis con ametralladoras. En Purim, leyeron dos veces la Meguilá.

El día después de Pesaj, cuando el tifus devastaba el campo, los nazis condujeron a los judíos a los trenes para escapar de los aliados que se acercaban. El 13 de abril, en Farsleben, cerca de Magdeburgo, Alemania, mientras sus captores los alineaban a orillas del río Elba y se preparaban para dispararles, apareció el primer tanque estadounidense. Binjamini recordó que lo conducía un soldado judío llamado Abraham Cohen. El tanque estadounidense apuntó con su torreta a los alemanes, que depusieron las armas. Binjamini y los otros 2.500 supervivientes fueron liberados.

Binjamini viajó a Israel, donde fue enviado al Kibutz Iavne en 1945. Sirvió en la Haganá, precursora del Ejército de Israel. Los británicos lo exiliaron a Chipre por participar en la inmigración ilegal de judíos a la Palestina del Mandato Británico. Estuvo allí hasta la independencia de Israel en 1948.

Se casó con Rivka Steinberg en 1951; poco después, dejaron el kibutz y se establecieron en Jerusalén. En 1955, fueron a Brasil por la agencia judía para dirigir la escuela Bar Ilan en Río de Janeiro. En 1958, regresaron a Israel, instalándose en Masuot Itzjak, una pequeña aldea al sur.

Allí, se hizo amigo de un grupo de jasidim de Jabad y quedó cautivado por su espíritu. Comenzó a estudiar a Tania y entró en contacto con el Rebe, de bendita memoria, y fue su seguidor durante décadas. Se enviaba cartas con el Rebe sobre sus actividades hasta su fallecimiento en 1994.

Durante los años siguientes, enseñó en la Ieshivá Or Etzion en Merkaz Shapiro, en el sur de Israel, hasta 1963, cuando la Agencia Judía lo envió de regreso a Brasil. Allí, se hizo amigo del rabino Shabsi Alpern y otros emisarios locales de Jabad y trabajó con ellos. En 1966, fundó la Ieshiva Majane Israel en Petrópolis, en las afueras de Río de Janeiro. Ese año, viajó al Rebe por primera vez. El secretario del Rebe, Biniamin Klein, lo esperaba en el aeropuerto.

Poco después de su llegada, fue a un farbrengen en 770 — la sede de Jabad-Lubavitch en Brooklyn — para el 12 de Tamuz. Le dieron un lugar privilegiado para él. El Rebe se volvió hacia Binjamini y le dijo: "Di lejaim, porque eres un shliaj ['emisario']".

"Él era la fuerza vital de Idishkait"

Su shlijut en Brasil le cambió el rostro al judaísmo del país. Estableció una escuela para niñas en Petrópolis, y durante décadas, miles de hombres y mujeres jóvenes estudiaron allí. Pero no fue fácil. “El concepto de una Ieshivá era extraño”, explicó en una entrevista con JEM. Los rabinos locales sintieron que Brasil no era el tipo de lugar que jamás podría tener una Ieshivá. “Joven, crecerá cabello en la palma de tu mano antes de que haya una Ieshivá aquí”, le dijeron. No estaba convencido.

“El rabino Jaim Binjamini encabezó una revolución en Brasil”, dice su alumno, el rabino Shamai Ende, director de Beit Jabad S. Andre y decano de la Ieshivá Tomjei Tmimim Lubavitch Ohel Menajem, una Ieshivá para alumnos de secundaria en San Pablo. “La mayor parte del judaísmo en Brasil se transformó por su trabajo y el de sus estudiantes — los emisarios de Jabad en Brasil —laicos y religiosos fueron influenciados. Él fue la fuerza vital del idishkait brasilero ".

La influencia de Binjamini se sintió en todo el continente, incluso en Perú, donde su alumno, el rabino Shneur Zalman Blumenfeld, dirigió a Jabad-Lubavitch de Perú hasta su repentino fallecimiento el 29 de octubre.


Ende describe el amor que Binjamini tenía por todos sus alumnos. “Era como un padre para todos nosotros. Lo amabamos y él nos amaba ". Binjamini pasó sus últimos años en Kfar Jabad, Israel. Además de su esposa, le sobreviven sus hijos: el rabino Avraham Dovid Binjamini (Petrópolis, Brasil), Rajel Lerer (Kfar Jabad, Israel); Sará Feigelstock (Buenos Aires, Argentina); y muchos nietos y bisnietos.