Estimados lectores:

En esta parashá leemos como Balak contrata a un brujo para maldecir al pueblo de Israel.

Bilam, un brujo experto, sabe que sin la autorización de Di-s no hay posibilidad de maldecir, ni bendecir, nada se consigue sin el apoyo divino.

De todos modos intenta ir a maldecir al pueblo con la esperanza que Di-s acepte maldecir a Am Israel, pero eso no pasa, y sus intentos de maldecir se convierten en bendiciones. Terminaron siendo las bendiciones más grandes que haya recibido el pueblo de Israel.

Es más una de las únicas fuentes bíblicas de la llegada del Mashiaj, están justamente en las profecías del midinita Bilam.

La lección es obvia, muchas veces vemos algo que nos amenaza, que nos quiere lastimar, que viene a maldecirnos y destruirnos, pero debemos seguir firmes con nuestra fe en Di-s, nada nos puede pasar sin la autorización divina. Y aquello que parecía una maldición se termina convirtiendo en la mejor bendición.

¡Shabat Shalom!

Rabino Eli Levy