Siete días antes del Día de Expiación, el Alto Sacerdote era separado de su hogar y llevado a la Cámara de Consejeros (lishkat palhedrin) y otro sacerdote estaba listo para tomar su lugar en caso de que algo le pasase y le impidiese cumplir con el Servicio.

Era colocado al cuidado de los ancianos del Tribunal (Beit-Din), y leían ante él el orden del día (para familiarizarlo con el servicio). Y le decían: "Mi Señor, Alto Sacerdote, recitas con tu propia boca, a menos que lo hayas olvidado, o que no hayas aprendido."

En la víspera del Día de Expiación en la mañana, le hacían pararse en la Puerta Oriental y pasaban ante él bueyes, corderos y ovejas, para que adquiriese conocimientos y se familiarizase con el Servicio.

Durante los siete días, no le negaban comida ni bebida, pero en la víspera del Día de Expiación, al caer la noche, no le permitían comer mucho ya que el alimento induce al sueño.

Los ancianos del Tribunal lo pasaban a los ancianos del sacerdocio, y ellos lo llevaban hasta la Casa de Abtinas (en el piso superior del Bet Hamikdash, en el lado sur del "Tribunal de los Sacerdotes ").

Le hacían jurar que realizaría el Servicio de acuerdo con la Tradición, y antes de dejarlo le decían: "Mi Señor, Alto Sacerdote, somos delegados del Tribunal, y tú eres nuestro delegado y el delegado del Tribunal. Te imploramos por Él que hagas que Su Nombre more en esta Casa, que no cambies sus prendas, que él se pone, y lo acompañaban a su casa. Y él hacía el festival para todos sus amigos, celebrando su salida del Santuario sin ningún incidente.

Cuán glorioso era el Alto Sacerdote, cuando salía seguro del Santuario… Aún bajo el amplio pabellón del cielo, se encontraba el aspecto del Sacerdote, Como el relámpago que viene del esplendor de los ángeles, así era el aspecto del Sacerdote, Como la aparición del arco iris en medio de la nube, Como la rosa en medio de un jardín delicioso, Como la ternura que se ve en la cara de un novio, Como las campanas doradas en las faldas de la capa, Como la aparición del sol levante en la tierra, Feliz el ojo que vio todas estas cosas … (Del Majzor)