"Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, y te lo entregue Di-s, tu Di-s, en tus manos, y tomes cautivos" (Devarím 21:10). ¿Cómo puede ser que al comienzo de la frase, la Torá se refiera a "tus enemigos", en plural, mientras que al final dice "te lo entregue", en singular?

Todos los aspectos de la Torá nos enseñan algo. La fuente de la palabra Torá es la palabra "horaá", cuyo significado es enseñanza. Aún los detalles más mínimos tienen una lección para nuestra vida cotidiana.

Así como existe una guerra de conquista entre diferentes pueblos, existe una guerra personal de la cual el judío es protagonista. Esta guerra se lucha en dos campos: el aspecto físico de la existencia, y el aspecto espiritual.

A través de un análisis profundo de las palabras del versículo citado, vamos a poder entender a qué guerra se refiere y cómo debemos proceder en la lucha en ambos campos para llegar a la victoria.

"Cuando salgas a la guerra". La Torá nos promete, que con sólo salir a la guerra alcanza. En otras palabras, con sólo mostrar la actitud desafiante y segura, ya tenemos asegurada la victoria.

"contra". La traducción literal de la palabra "al" (que es la que aparece en el texto original hebreo) es "sobre". Si bien en este contexto su significado es "contra", el hecho de que la palabra posee otro significado, indica que hay un concepto oculto tras esta palabra.

"Sobre tus enemigos" significa que la forma de salir a la guerra es con la actitud de encontrarse "por encima" de los enemigos. La forma de llegar a esta actitud es cuando uno medita y considera que es Di-s quien lucha junto a uno.

"tus enemigos". La palabra "enemigos" en plural indica dos tipos de enemigos. Esto se refiere a los enemigos del pueblo judío que atentan contra su existencia física, y a los enemigos que atentan contra su existencia espiritual.

De la misma manera, encontramos en la historia judía dos ejemplos de este concepto. En la época de Purim, el reino Persa estaba en contra de la existencia física del pueblo judío, mientras que en la época de Januca, el dominio Griego solo estaba en contra de la santidad del pueblo judío, de su existencia espiritual.

La continuidad del pueblo judío no se basa sólo en el aspecto físico, que continúen existiendo aquellos que se llaman judíos, o aún aquellos que son llamados judíos, sino que depende (principalmente) del aspecto espiritual del judaísmo.

"y te lo entregue". Estas palabras están escritas en singular. Desde una perspectiva más profunda, la fuente de los enemigos del pueblo judío, tanto enemigos físicos como espirituales, es la misma. El Talmud (Bava Batrá 16a) dice que el ietzer hará (inclinación al mal dentro de cada uno, enemigo espiritual del judío) es el ángel de la muerte en sí (enemigo físico del pueblo judío).

En palabras más simples, la fuente de los sufrimientos del pueblo judío es una, si bien estos se dividen en sufrimientos físicos y espirituales. Con nuestra actitud de "salir a la guerra", tenemos la capacidad de superar estos dos tipos de enemigos.

"Di-s, tu Di-s, en tus manos". El concepto de entrega en las manos indica una entrega completa, una rendición absoluta del poder de los enemigos en manos del pueblo judío.

"y tomes cautivos". Las enseñanzas jasídicas nos dicen que el concepto de un cautivo se refiere a la fuerza vital Divina que descendió a la impureza a través de las acciones que transgreden la Voluntad Divina.

Cada acción lleva consigo una energía Divina. Cuando nuestros actos son en consonancia con la Voluntad Divina, la fuerza contenida en cada uno de los actos, es elevada hacia la santidad. En cambio, cuando nuestras acciones están en contra de la Voluntad Divina, la energía contenida en las mismas es sumergida y "atrapada" en la impureza, causando el cautiverio de esta vitalidad Divina.

Cuando el judío se dispone a salir a la guerra, es decir, cuando su actitud ante la vida es la de superar a todos sus enemigos, tanto a aquellos externos que quieren que deje de existir, como a aquellos internos que quieren que deje de expresarse como judío y hacen todo lo posible para que pase a vivir una vida como el resto de los no-judíos, la Torá le promete que vencerá, estará "por sobre" sus enemigos. Y no solamente vencerá, sino que será capaz de recuperar toda la energía que alguna vez invirtió en acciones equivocadas.

El único requerimiento para que este método funcione es "ki tetzé", "cuando salgas". Cada uno de nosotros debe que tomar la iniciativa de "salir" a luchar contra nuestros enemigos y, como promete la Torá: "y te lo entregue Di-s, tu Di-s, en tus manos".