No hace tiempo, mientras mi madre decidía su próximo movimiento en el juego de Scrabble que estábamos jugando, se me ocurrió: ¡el juego de Scrabble debe haber sido inventado por un místico encubierto!
(Para los que desconocen este juego de mesa, el Scrabble consiste en un tablero cuadriculado y 100 piezas, cada una contiene una letra del alfabeto. A cada letra se le atribuye un valor, las letras más raras — por ejemplo j, z, o q – tienen valores más altos. Cada jugador toma siete piezas al azar. Cuando llega el turno del jugador, las piezas — algunas o todas — son utilizadas para formar palabras en el tablero. La palabra creada no puede formarse separada del resto; se debe o incorporar una letra ya existente en el tablero, o debe colindar con una letra existente (con las letras contiguas crear una nueva palabra). En todo el tablero hay espacios que ofrecen la oportunidad de doblar o triplicar el valor de una letra o de una palabra en particular.
Y ahora, una pequeña introducción para los que desconocen el funcionamiento esotérico de nuestro mundo, según la antigua sabiduría de la Cábala. La creación entera se compone de combinaciones de las 22 letras de la lengua santa. El mundo fue creado con diez expresiones divinas, enumeradas en el primer capítulo del Génesis — “Di-s dijo que así sea…” cada sustantivo, verbo, o adjetivo existente es producto de una expresión, combinación o permutación reconstituida de las letras de una de estas pronunciaciones. Por ejemplo: la amabilidad, los elefantes, el siglo XIV, la gravedad, Ámsterdam, y el Internet todo fueron creados por estas letras hebreas. Además, según las enseñanzas Cabalísticas, estas santas letras sostienen perpetuamente todas estas creaciones; si Di-s dejara de pronunciar una frase en particular, todas las creaciones que existen y reciben vitalidad de las letras de esa elocución dejarían simplemente de existir.
Cada alma llega a este mundo armada de una combinación única de letras/piezas. Estas “letras” son los talentos y capacidades de la persona, fuerzas y debilidades, el entorno en donde el alma se desempeñara, la alma gemela con la que se casar casará, su salud, aspectos físicos, y mucho más. Interesantemente, la Cábala enseña que la división más básica de letras — energías del alma- y elementos de la creación — ¡es de siete, y cuando están subdivididos al máximo, la suma total de estos elementos es 100! ¡Igual que en el Scrabble!
Sería agradable poder elegir nuestras piezas, pero esto no es posible. Debemos conformarnos con lo que nos toca.
El propósito de este “juego” es utilizar nuestras piezas, y combinarlas sabiamente, para formar palabras productivas. No vivimos en un vacío—debemos colocar nuestras piezas sobre lo que hemos logrado previamente, así como las construcciones y logros de muchos otros jugadores que nos han precedido con sus obras productivas. Ahora, las “palabras productivas " no se deben interpretar por la persona no jugadora de-Scrabble-como palabras de uso general o reconocidas. Las palabras “Ea,” “quis,” y “ox” pueden no significar nada para muchos de nosotros (de hecho, Microsoft Word las subraya en rojo) sino lo que importa es que cuentan para los puntos — según el diccionario oficial de Scrabble. En la vida real, también, tenemos una guía que nos dice qué combinaciones de letras suman puntos. Las reglas de la Tora no siempre tienen sentido, pero debemos seguir las reglas que fueron fijadas por el inventor del juego.
La equivocación más grande incurrida por los novatos en el Scrabble es poner demasiado énfasis en el valor atribuido a las letras individuales. Más importante que el valor de las letras es su colocación y su sabio uso. Las piezas de bajo valor que se suman junto a otras para formar un palabra más larga, o cuando están colocadas estratégicamente en los espacios superiores del tablero pueden rendir mucho más que las piezas de alto valor usadas imprudentemente.
Lo mismo ocurre en el mundo real. Nunca debemos desalentarnos por la mano que la Providencia Divina nos repartió. Cada pieza tiene un potencial increíble, si es utilizada sabiamente. El día más común puede ser tan valioso como Iom Kipur, o más todavía, si es utilizado correctamente. El alma simple que sirve sinceramente Di-s recitando salmos sinceros y dando caridad con una sonrisa, es tan preciosa para Di-s como el intelectual carismático que fue dotado aparentemente con piezas más valiosas.
Por ultimo, la máxima hazaña del Scrabble es el “bingo,” usar los siete azulejos para crear una palabra. Sin importar el valor de las piezas sumadas, un bingo suma cincuenta puntos.
Cuando confiamos todo nuestros ser a Di-s; cuando dedicamos todos nuestros recursos disponibles a su servicio, el conjunto producido supera por lejos el valor individual de las piezas.
No nos distraigamos y empecemos a preocuparnos por el puntaje de los demás jugadores. Concentrémonos en anotar bingos en cada turno del juego.
Únete a la charla