Estimados lectores:

Esta semana leemos sobre el precepto del medio shekel, que era entregado por los hijos de Israel como aporte para el Mishkán, pero además servía para censar al pueblo, una vez que todos aportaban se contaba cuanto había y así se sabía cuántos miembros el pueblo habían.

Es raro que el aporte sea de media moneda. ¿Por qué no una moneda completa?

Justamente el aporte “por cabeza” era de una mitad, ni siquiera de una moneda entera, cada uno desde su lugar es requerido para lograr algo completo, pero ninguno alcanza sin el aporte del otro, nadie está completo.

Es muy común escuchar en la sociedad personas que creen que hacen todo el aporte y el otro no hace lo suficiente. Acá también hay un mensaje para el ego, por más que uno haga o aporte nunca es el total, para construir algo sagrado se debe hacer sin ego, sin sentirse completo, sentir que uno aporta solo una parte.

Quien quiere ser parte de algo divino sintiéndose completo y lleno, jamás lo va a lograr.

¡Shabat Shalom!

Rabino Eli Levy