Es una vívida melodía en tres secciones, que es cantada en reuniones jasídicas y en ocasiones festivas. La melodía se repite muchas veces, ganando en intensidad con cada repetición sucesiva mientras los participantes trascienden a un estado de insuperable alegría. En ese momento todas las preocupaciones terrenales carecen de significado. Los Jasidim esperan completamente que, con la ayuda del Todopoderoso, todo será para bien y todos los problemas serán resueltos.