Estimados lectores:

Cada vez se habla menos de amor.

Hace unos 20 años había toda una industria de novelas, películas y series románticas que hoy en día está en decaída. La gente se casa menos, las relaciones son cortas y efímeras, todo muy basado en la imagen y en el perfil de Instagram.

Por eso es importante ver como el judaísmo entiende a la relación entre un hombre y una mujer.

El 15 de Av las doncellas salían a los campos y a los viñedos. ¿Y que decían? “¡Joven, levanta tus ojos y fíjate lo que escoges! No te fijes en la belleza externa, fíjate en el interior. El encanto es engaño y la belleza no vale nada; una mujer temerosa de Di-s es la que debe ser alabada.”

El acto del casamiento en el judaísmo es llamado “kidushin” en ese momento una mujer es consagrada a su marido, no es solo que nos juntamos y vemos que pasa, hay santidad, hay un objetivo de traer santidad al mundo, de potenciarnos como pareja para lograr cosas que solo no podemos conseguir.

El primer objetivo es formar una familia, pero no es el único, el hombre está incompleto sin una mujer a su lado que lo perfeccione y una mujer también es incompleta sin un hombre, cada uno fue creado con características que el otro no tiene y que solo se pueden adquirir conviviendo en matrimonio y aprendiendo mucho del otro.

En nuestro mundo de tanta confusión estas ideas tan simples parecen revolucionarias, pero es así desde que Di-s le dijo a Adán, “No es bueno que el hombre esté solo”.

Rabino Eli Levy