Es una frase de los rezos semanales Ezrat Avoteinu y de Shabat Nishmat. La melodía en dos partes, celebra el Éxodo de Egipto y es cantada con alegría y entusiasmo particularmente durante la festividad de Pesaj. También nos recuerda nuestra esperanza por la futura redención.
Originalmente la melodía era una de las favoritas del famoso Jasid Reb Hilel Paritcher, un seguidor del Tzmaj Tzedek, tercer Rebe de Jabad. Fue presentada al quinto Rebe de Jabad para Pesaj de 5660 (1900) por los jasidim de la ciudad de Nikolaiev, Ucrania. La melodía actualmente es una de las favoritas del repertorio de Jabad.
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