Rabí Jaím Jízkia Medini nació en la ciudad de Jerusalem, el 17 de Jeshván del año 1832. Su nombre original -el que le fuera dado al nacer- era Jízkia, mas, cuando en una oportunidad enfermó gravemente, se le agregó el nombre de Jaím, que significa "vida".

Ya desde su temprana niñez Jízkia dio muestras de extraordinarias habilidades de estudio, como también de una gran nobleza de corazón.

En el año 1853 falleció su padre, y todo el peso de la manutención de su familia -su esposa, Rivká, su madre y sus dos hermanas menores- recayó sobre el joven Jízkia, por aquel entonces un muchacho de veinte años.

El joven sabio no estaba preparado para afrontar esta y emigró a Constantinopia, ciudad en la que residían parientes suyos que gozaban de una holgada posición económica. La comunidad judía local no tardó en darse cuenta de que el joven Rabino recientemente llegado de Jerusalem era un eminente Sabio judío, dotado de brillantes cualidades de liderazgo. Incluso hasta llegaron a proponerle que fuera un miembro más del Tribunal Rabínico local, cargo que él declinó deseoso de dedicar la integridad de su tiempo a sus estudios -talmúdicos y cabalísticos-, como a la escritura de libros acerca de estos temas.

Durante trece años Rabí Jízkia vivió, estudió y enseñó, en el seno de la comunidad judía de Turquía, en Constantinopla.

Empero, la distracción cotidiana que resultaba de las responsabilidades comunitarias se tornó insoportable, de modo que Rabí Jízkia decidió abandonar Constantinopla hacia Krasobazar, Crimea, en el año 1867.

Durante 33 años fue su guía espiritual como Rabino de Crimea.

Su máxima creación, a la que debe su fama mundial, la constituye su Enciclopedia Halájica, que llamó Sedéi Jémed -'Jémed' son iniciales de Jaím (o Jízkia) Medini.

A raíz de esta monumental obra, Rabí Jaím Jízkia fue reconocido como la máxima autoridad en el campo de la halajá, y los Rabinos de todo el mundo se dirigían a él a fin de conocer su opinión y decisión en diversos temas que de tanto en tanto surgían.

En el año 1899 Rabí Jaím Jízkia decidió regresar a Israel, su tierra natal.

En vísperas de Shabat, también víspera de Janucá, del año 1905, fallecía Rabí Jaím Jízkia Medini. Su sepultura se encuentra en la ciudad de los Patriarcas, Hebrón.