Usted pasa delante de una centelleante, pulcra limusina y piensa sorprendido: ¿por qué todos desean poseer una? ¿Acaso, este lujoso vehículo de enormes medidas no es la última manifestación de la pretensión y ostentación consumista?
Entonces usted reflexiona sobre el tema nuevamente: ¿Cuándo una limusina puede ser usada? -la respuesta llega a usted con lógica. Imagine con una sonrisa a un grupo de personas: los hombres visten smoking, las damas largos trajes de gala y pieles, bajando de un camión para ingresar al elegante salón de fiestas... usted llegará a la conclusión de que, a pesar del alto costo de la limusina, hay un momento y un lugar para la elegancia.
Sin demasiado esfuerzo podemos encontrar este mismo concepto en el Judaísmo. Es llamado en términos generales: "Embellecer una Mitzvá".
"¿Para qué gastar 100 pesos en una Mezuzá, si puedo conseguir una Kasher por tan solo 30?" -pregunta la gente. "¿Cuáles son tus prioridades si tu no eres rico, pero sí gastas en una Menorá de Janucá de plata?" -son otro tipo de preguntas.
En otros tiempos, las personas trabajaban durante toda la semana para poder tener jalá en Shabat en lugar de pan negro, un poco de pescado y otro poco de pollo. Lo hacían para poder honrar al Shabat de la forma que consideraban adecuada.
Hoy en día, agregar belleza a una Mitzvá puede tomar la forma de comprar elementos más valiosos con los cuales efectuar la Mitzvá.
Puede significar también, realizarla con más cuidado, agregando más honor o gloria a su realización.
Puede ser además, dar caridad con una cálida y franca sonrisa. No importa de qué forma realcemos la Mitzvá. Este concepto tiene una base: En el momento de Kriat Iam Suf (cuando se partió el mar Rojo, luego de la salida de Egipto), al ver todos los grandes Milagros y ver la Divinidad, los Iehudim proclamaron: "Este es mi Di-s y lo glorificaré". El Talmud comenta que este versículo se refiere a que un Iehudí debe asegurarse de que su Talit, sus Tefilín y sus Mezuzot entre otras cosas, sean excelentes. Realmente, podemos cumplir con la Mitzvá, llevándola a la práctica simplemente.
Pero es mucho más agradable agregándole belleza. Es algo parecido a participar de una cena de gala de mil dólares el cubierto y llegar en un camión; usted será igual a cualquier otro.
¿Pero no seria más lindo arribar con estilo?.
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