Bsd

A

1. [Unos de los momentos centrales del Seder de Pesaj es cuando los niños (y si no los hay, cualquier otro) formulan las Cuatro Preguntas que comienzan con la frase] ¿Ma nishataná [haláila hazé mikól haleilót]? – ¿Por qué es diferente [esta noche de Pesaj de todas las demás noches del año]? 1

De acuerdo a la costumbre de Jabad2 el orden de las Cuatro Preguntas es: 1) matbilín (la inmersión del karpás en agua salada y del maror en jaróset), 2) [la ingesta de] matzá, 3) [la ingesta de] maror (hierbas amargas), y 4) mesubín (el comer reclinados, como lo hacen quienes son libres).

Esto, [o sea, la secuencia de estas preguntas según la costumbre de Jabad], requiere una explicación:

[Este orden de prioridades] no responde al grado de importancia que le corresponde a cada uno de estos [mencionados] requerimientos [del Seder]; tampoco sigue su sucesión cronológica tal cómo el [propio] niño los ve.

De [ordenar las Preguntas de] acuerdo al calibre de los temas, [su importancia y jerarquía,] el orden debería haber sido el siguiente: 1) Matzá – una obligación [de origen bíblico], deOraitá3 ; 2) maror – un precepto [instaurado por los Sabios,] deRabanán (para esta época4 [diaspórica]); 3) mesubín – [la posición corporal] que expresa un sentimiento de libertad5 ; y recién al final matibilín – que consiste en la mera práctica de una costumbre –un minhag–.

[Por otro lado,] si tomamos en cuenta el orden cronológico en que tienen lugar estas acciones del Seder a los ojos del niño, [su pregunta acerca de por qué] matbilín (la inmersión de determinados alimentos) debería haber aparecido en última instancia (pues el Ticul principal es el segundo6 ), o al menos después de mesubín (el comer o beber reclinados), dado que [el cambio de hacerlo en la posición de] mesubín acompaña [ya] al kidush7 , todavía antes del primer tibul8.

2. [La explicación es la siguiente:] Hay personas que opinan que aquellas mitzvot que son [de origen bíblico,] deOraitá, deben cumplirse a rajatabla, con firmeza, incluso hasta el grado del máximo mesirut néfesh (auto-sacrificio). Incluso aquellas mitzvot [que son de origen rabínico,] deRabanán, [argumentan ellos,] deben observarse con determinación, pues las mismas están [comprendidas y] abarcadas por la mitzvá [bíblica] de 'lo tasúr' – 'no te apartarás'9 (conforme Maimónides10 se extiende en su explicación de los guedarím (vallados protectores [a las mitzvot]) [que deben respetarse con extremo esmero], y en particular [explica que] las mitzvot deRabanán [deben observarse puntillosamente] ya que las mismas están comprendidas [y devienen su autoridad] por [el mandato de la misma Torá de] 'lo tasúr' [lo que hace que cada precepto rabínico sea simultáneamente uno de carácter bíblico). "Pero en cuanto a los minhaguím (las costumbres)", [prosigue la línea de pensamiento de estos individuos], "cuando es factible practicarlos con facilidad... ¿por qué no? Pero... ¡¿estar dispuestos al sacrificio por ellos?! No, no estamos obligados a hacerlo".

Su argumento va más allá. Dicen ellos: Cuando se educa a niños para que transiten por la senda de la Torá –y [bien sabemos que] la obtención de resultados óptimos [en el área de la educación] es algo sumamente dificultoso– a veces es conveniente no tomar en cuenta los minhaguím y poner el empeño en dedicarse a introducir en los niños [un espíritu de] fortaleza [y determinación] en las cuestiones principales [del judaísmo].

[Precisamente] a esto apunta la enseñanza que extraemos de la secuencia de las [Cuatro] Preguntas: La primera cosa que el niño pregunta, lo primero que percibe y deja en él una huella, no es una cuestión deOraitá (bíblica) o deRabanán (rabínica), sino que es un minhag judío, [una 'costumbre',] lo que atrapa al pequeño influyendo sobre él enormemente.

Si el comportamiento del niño y el de su entorno es similar a la conducta del medio no-judío, aunque el joven tenga tiempos fijos para el estudio de la Torá, rece, cumpla las mitzvot, etc., no obstante, dado que su comportamiento se asemeja al del entorno [no-judío], en él no se distingue que es judío y él no siente la diferencia entre el pueblo judío y los demás11 , [es decir, no registra] el 'Atá bejartánu mikol haamím' (Tú nos elegiste de entre todos los pueblos12 ). Y esta falta de consciencia [judía] hará que incluso en las mitzvot que sí observa y, en la Torá que sí estudia, no sienta el grado de santidad imprescindible [para elaborar una verdadera conexión con Di-s y el pueblo judío].

Y cuando el fundamento [de la vida del judío] –el sentimiento de kedushá (santidad) que hay en la Torá y en las mitzvot– está dañado, es probable que con el correr del tiempo también se produzcan descuidos en la observancia práctica de las mitzvot, jas veshalom, –Di-s libre–.

3. Además del hecho de que las costumbres judías –los Minhaguéi Israel– constituyen una parte [integral] de la Torá –conforme el dicho [de los Sabios post-talmúdicos] "Minhag Israel Torá Hi – Una costumbre judía es Torá" 13 , (y también las costumbres instauradas por las mujeres judías virtuosas tienen el mismo peso halájico14 )–, y no se debe evaluar qué [ordenanza] es más importante [que otra] –como declara el versículo15 : "No sopeses el sendero de la vida" 16 – por lo que de nosotros se demanda no renunciar a nada, en adición a esto, el primer fundamento de la educación [judía] es que el niño debe saber que él es diferente a los demás; debe tomar clara consciencia de que es judío. Esta noción se incorpora [en la conciencia del niño] principalmente por medio de [la observancia esmerada de] las costumbres judías, los minhaguím. Estos [resaltan y] se distinguen a la vista. Son estos, principalmente, los que arraigan [en el alma del judío en general y en la del niño en particular] la noción [y el sentimiento] de 'Tú nos has elegido de entre todos los pueblos', que es el origen de [su consecuencia:] 'nos acercaste, Rey nuestro, a Tu servicio'17 , el fundamento de la observancia de toda la Torá.

Fue en consonancia que nuestros Sabios dijeron18 : "Guedolá shimushá ioter milimudá –El servicio de la Torá es más grande que el estudio de la misma".

4. Cuando educamos a los niños como es debido, y les enseñamos que incluso una costumbre judía, un minhag Israel, es Torá –y en razón de ello de nosotros se demanda hacer todo [esfuerzo y] sacrificio necesario en aras de su cumplimiento– entonces, [y sólo entonces,] podemos decir19 [con todo lo que ello implica]: "Esclavos fuimos para el Faraón en Egipto, y Di-s, nuestro Señor, nos sacó de allí con mano fuerte y brazo extendido". Esto es válido también para nuestra época, pues 'como en los días de tu salida de Egipto, [Yo les mostraré maravillas (en la Redención Final)]' 20 . Esto significa que sin importar el estado de oscuridad doble y redoblada del Galut –el exilio diaspórico del pueblo judío y de la Presencia Divina–, Di-s nos sacará de la oscuridad a la gran luz21 , y [entonces] 'Te agradeceremos con un shir –cántico– nuevo'22 . No se emplea el término shirá jadashá ('cántico' en su forma hebrea femenina), sino shir jadásh, en su forma masculina23 . Esto sucederá con la Redención completa y verdadera, una Redención a la que no seguirá otro Galut más, por medio de nuestro justo Mashíaj, pronto en nuestros días.

(de una Sijá de Jag HaPesaj 5716)